La cúpula (libro y serie)



Anteanoche terminé de leerme la novela, y anoche me vi el episodio final de la segunda temporada, de forma que hoy voy a comentar ambos dos.

La cúpula, (Under the Dome en el original) es una novela escrita por Stephen King. King, no Hawking. Son dos personas distintas, ¿vale? Aclarado ese punto, sigo. King ya había hecho ademán de escribir esta novela hacía años, pero lo abandonó por pereza, y fue hace relativamente poco cuando lo retomó, manteniendo únicamente el primer episodio de la novela prácticamente como la original.

La ficción nos sitúa en el ficticio pueblo de Chester's Mill, Maine (lugar de origen de Stephen King, #datoCurioso), donde una buena (o mala) mañana, una misteriosa cúpula invisible deja aislado al pueblo del resto del mundo. Pese a la gran repercusión mediática y las movilizaciones del ejército, nadie puede ir de un lado a otro de la cúpula: los habitantes están sólos y deben sobrevivir por su cuenta.

Y aquí se divide totalmente la historia, ya que la serie no sigue la línea argumental del libro, pese a lo cual, King colabora como productor, guionista, y en el primer episodio de la segunda temporada realizó un cameo. Pero hay que distinguir bien cada historia. ALERTA DE SPOILERS NO LEAS SI NO QUIERES ENTERARTE BLABLABLA.

La serie me gusta, aunque no puedo negar la evidencia de que es una historia "edulcorada", los episodios ofrecen en todos un problema que antes o después será solucionado por el equipo de héroes, y todos intentan, a su manera, arrimar el hombro para arreglarlo, si bien recientemente hemos visto que hay algo más al otro lado de la cúpula. La novela es mucho más oscura, los problemas son uno detrás de otro... en resumen, nos narra lo malo, cruel y terrible que se puede volver un humano y la sociedad al ser alejado de nuestra "civilización".

Hay pocos personajes que mantengan un rol similar en la novela que en la serie.

  • "Big Jim" Rennie, el segundo concejal del pueblo. Mientras en la serie podemos ver cómo de redime, tenía más parecido en la primera temporada, donde al igual que en la novela intentaba hacerse con el dominio total del pueblo
  • Junior Rennie, el hijo de Big Jim, que en la serie simplemente se halla confuso, pero en la novela tiene un tumor cerebral que se manifiesta en froma de migrañas, provocando la locura del chico.
  • Dale "Barbie" Barbara, el héroe principal, aunque en la novela tiene un pasado militar que nada tiene que ver con el "cobrador de apuestas" de la serie, además de ser designado por el ejército para controlar Cherter's Mill cuando empieza el caos de la cúpula.
  • Julia Shumway, la directora del periódico local, que desde hace tiempo desconfía de Big Jim, y es, en mi opinión, el personaje que más similitudes guarda con su contraparte (al margen de las líneas narrativas diferentes).
El resto de personajes poco o nada tienen que ver con su contraparte. Ejemplos son Angie, principal en la primera temporada, pero personaje menor en la novela (siendo en el libro una chica más "indecente", por emplear algún término), Doddie, que tampoco tiene mucha relevancia en la novela pero tuvo su papel en la primera temporada de la serie, Sam, un hombre con una vida totalmente distinta al perosnaje que conocemos en la segunda temporada, o Phil, que en la serie es uno de los (al principio) partidarios de Big Jim, mientras en la novela, es lo que vulgarmente se conoce como fumeta, y que desencadena una catástrofe.

Esto por supuesto nos da un montón de elementos diferentes en la novela y en la serie La novela nos da una cúpula prácticamente transparente (excepto allí donde se manche), que permite comunicación hablada con el exterior, las comunicaciones dentro y fuera de la cúpula no están bloqueadas, hay una subtrama con todos los "trapos sucios de Big Jim" (incluyendo un laboratorio enorme de metanfetaminas), y el generador es una especie de Apple TV. La serie sigue una línea bastante diferente, con argumentos originales como los chicos de las cuatro manos, dando un nuevo sentido a las estrellas rosadas.

Aunque lo que más me llama la atención son dos puntos. El primero, el generador de la cúpula. En la serie vemos un huevo, llevado por algún tipo de fuerza sobrenatural a Chester's Mill para proteger (por irónico que parezca) a la gente del pueblo. En cambio, en la serie nos topamos con esa "Apple TV", desde donde los extraterrestres (unos seres con cara de cuero) observan a la gente, sin intervenir, como burlándose de ellos, sin ofrecer soluciones o protección a los habitantes de Mill. Es increíble ese cambio tan drástico de una historia a otra. El segundo punto a comentar es el comportamiento de la gente. Si bien en ambos casos, la "gente normal" siempre intenta tirar del carro por el bien común, la clase política de la serie y la novela son totalmente opuestas. La serie nos da un punto de confianza hacia los políticos, que se dan cuenta de que deben empezar a pensar de verdad en la gente. La novela en cambio nos muestra el hambre de poder de los dirigentes del pueblo, que se creen designados por Dios (sí, puedo distinguir cierta sátira hacia los cristianos en la novela, #yMeEncanta), dispuestos a aniquilar a cualquier enemigo que entorpezca su camino a "dioses de carne y hueso", por así designarlos... así como del castigo final que merecen.

No quiero revelar mucho del final de la novela, sólo que es devastador... literalmente, y que cada uno saque sus propias conclusiones. O que lo lea, es legal.

Y no podía olvidarme de hablar del estilo narrativo King escribió la novela de una forma que me ha enamorado. Sin malpensar, por favor. Quiero leer otras novelas suyas para comparar, pero en esta desde luego no existe el lenguaje "suave", o culto, o fino, o pomposo. King narra siempre en tercera persona, pero dejándonos entrever los pensamientos de los personajes en sus frases, y por supuesto, lenguaje obsceno. Algunas de mis citas favoritas, por ejemplo:

“No muy lejos, al otro lado de la carretera, había una marmota. Una marmota gorda de cojones”.
“Cuando los hombres estaban cachondos, el cerebro pasaba a modo carta de ajuste y toda la sangre fluía hacia la entrepierna”.
“Nada gustaba más a los periodistas que una rueda de prensa salvo un político pillado en la cama con una puta de lujo”.
“La comisaría de Chester's Mill volvería a ser un club masculino, salvo por Lauren Conree, que era del género tonto”.

Además, nos permite entrever en todo momento las verdaderas impresiones de los habitantes sobre las personas a quien hablan, así como varios términos, que han sido traducidos, me imagino que más por el contexto para adaptarlo al castellano que una literalización, como "de tres pares de cajones", o una muy conocida, "hijo de fruta" (me mató, todo hay que decirlo, el término "folladero", para referirse a la vagina).

Un libro y una serie, en resumen, para disfrutarlas por separado o a la vez, al fin y al cabo, no te vas a topar con elementos similares más que los ya mencionados. Recomendado sobre todo para los que les gusta la ciencia-ficción y lo sobrenatural. Un 9/10.

El amigo informático



(si tienes problemas para ver la foto, pulsa aquí y asunto arreglado)

Dejaron un comentario que me sorprendió en el último capítulo de "Ou may god". Lo que me planteaba era que "resulta irritante como estos relatos dejan como monos retrasados a todo aquel que no sea informático. Es solo ficción o tu piensas así?". Obviamente la respuesta es no. No pienso así. La gente se puede manejar más o menos con el ordenador. Ahora bien: si tuviera que exponer mi verdadero punto de vista en mis escritos, serían muy diferentes.

Hay un problema para los informáticos de este país... una epidemia que produce que cuando la gente se entera de que eres "informático", automáticamente te asigna la palabra "gratis". Como si fuera parte de tus títulos o algo así. Pues es hora de que esto vaya cambiando. Nadie, insisto, NADIE, lo puedo destacar aún más, NADIE trabaja por amor al arte.

Pero ¿cuál es el problema de este oficio? Que por lo general no es un oficio que requiera un gran esfuerzo físico. Y esto lleva a la gente a pensar que basta con que el informático todopoderoso tocará mi ordenador con su dedo índice y todo volverá a funcionar de maravilla. Si tan fácil fuera... no habría tanto informático. Con haber uno por empresa, el sector quedaría sin plazas vacantes en seguida. Y anda que no hay informáticos en paro. Y puestos sin cubrir. Y distintas especialidades. Pero bueno, que me voy del tema.

Y ahí es donde aparece la rapiña, ese pensamiento de "voy a dejar caer que he tirado mi zumo de agua sobre el portátil y no arranca, a ver si este me lo mira". Pues mira... dado que uno (aunque no lo parezca) es educado, seguramente lo haga aunque no le apetezca un carajo. Ha habido ocasiones en que he tenido que hacer un favor a gente... que ahora mismo le daría patadas en la boca del estómago hasta hacerme un agujerito en la playera. Sí, lo de trabajar gratis, lamentablemente, también es culpa nuestra. Y más desde la segunda vez que nos dejamos hacerlo. Y no estoy diciendo que me des los ochenta euros (por poner un ejemplo) que sería el equivalente en mano de obra a lo que te he hecho. Joder, un ir a tomar algo, un cine... en mi caso, si eres chica, un revolcón... coño, que eso no es pagar una reparación con sexo, es intercambio de favores.

Que muchas veces no es por la pasta. Es por el gesto. Coño, que hay gente que me comenta que le pasa una cosa, y por casualidades de la vida, eso me gusta hacerlo, mirarlo, echar un ojo, aprendo, y me puedo ofrecer yo a mirarlo sin problema. Pero insisto. El gesto.

Aquí llega la famosa frase del lissssssto. Esa de "Pero es que los informáticos trabajáis de lo que os gusta". ... ¿Y qué? ¿Qué artículo constitucional obliga a la gente que trabaja en lo que le gusta a hacerlo gratis? Otro que me toca el badajo. Esto también lo quiero decir claro:
A mi lo que me gusta es estar tumbado con un tinto de verano en una mano y rascándome la entrepata con la otra.
¿Clarinete? Que vale, que la informática me gusta, pero principalmente para hacer lo que me gusta y no lo que me mandan otros. Cuidao, que hay diferencia. Y no es precisamente sutil.

Más del tema. Un concepto que no parece entender algunas personas tampoco, es que que haya un ordenador de por medio no requiere exclusivamente conocimientos informáticos. Ordenador ≠ se requiere título informático. El ordenador de la caja de un supermercado, por ejemplo. El ordenador que controla una línea de montaje, otro ejemplo. Son cosas que no se enseña a la gente salvo en el puesto de trabajo. Esto puedo decirlo perfectamente con otra frase: un informático no conoce ni tiene por qué conocer cada programa que existe y cómo debe utilizarse. Hay infinidad de ellos, para infinidad de usos. Ni los conocemos todos ni queremos, gracias. Interesan los que nos toca usar para realizar nuestro trabajo. Punto.

Y hay casos mondantes en esto de "pues vaya informático que no sabe usar el Word". Un colega que tengo, administrador de sistemas, no, no sabe hacer documentos bonitos con fondo rosa fantasía y que en cada hoja aparezca el conejito de Duracell al lado del número de página. Pero en su campo es una máquina, y ya me gustaría a mi llegar a ser la mitad de bueno que él. De hecho mis conocimientos de informática son de varios campos y tengo que empezar (a la de ya) a especializarme por uno, pero eso es otro tema. Tenemos que saber de aquello, principalmente, que nos va a dar de comer.

Habiendo soltado ya toda la bilis que tenía dentro, vuelvo a pensar en frío. Y pese a todo esto, admito que volvería a empezar de cero mis estudios de informática. Como experiencia, bastante buena, enriquecedora... Pero también que realizaría varios cambios. Aunque eso ya... os lo cuento otro día. Buen finde.

The Simpson Guy



The Simpson Guy es el episodio crossover que reúne a Family Guy con The Simpson. Dos de las series mas icónicas de la FOX. Guionizado por Patrick Meighan, de Family Guy, el episodio no puede ser calificado de otra forma que no sea brillante. La mezcla de ambos universos (o más correctamente, de la familia Griffin en Springfield, recurriendo al estilo de la primera) ofrece un episodio especial que hace crítica de la misma guerra que se desata entre los fans de una serie y la otra.

Quien me conozca sabe que Family Guy no es mi predilecta (Los Simpson y American Dad me gustan bastante más), es más, son pocos los episodios que he visto. No obstante no soy ajeno a lo que ocurre en la serie, al humor absurdo (y negro) que la caracteriza. Y he de decirlo: ¡Chapeau!. La mezcla es buenísima, y debería pasar a los anales de la historia televisiva. Voy a echar un repaso al episodio, plagado de SPOILERS. No leas si no quieres saber lo que ocurre.

"Mi lavavajillas se ha roto", el chiste de la discordia.
Todo empieza al estilo clásico de Family Guy. Peter empieza a publicar una tira cómica en un periódico que gusta a mucha gente... hasta que suelta un chiste sexista. Quizá por asociación indirecta, veo la manifestación feminista en casa de los Griffin muy similar al episodio en que Homer Simpson era acusado de acoso sexual. El caso es que la familia decide tomarse un descanso de su ciudad y volver cuando la situación esté más calmada.

Pero en el viaje sufren el infortunio. Tras perderse, y hacer un alto en una carretera para evacuar, su coche les es sustraído. Es entonces cuando se topan el cartel de Springfield. Han llegado.

Desde aquí empiezan las referencias a los fans. Para empezar, la pregunta de "¿En qué estado?", que recibe la respuesta "No creo que se nos permita decirlo". Una de las más grandes incógnitas de la serie de Matt Groening. Asímismo, se hace la mención de "creo que esta será la única vez que vengamos aquí", lo que nos puede dar la pista de que no esperemos que vuelva a ocurrir un crossover así.

De esta forma la familia Griffin (mencionando la posible hepatitis que sufren los springfiledianos por tener la piel amarillenta) llega al Badulaque, donde Homer Simpson les ofrece ir a su casa y ayudarles a recuperar su coche robado. Homer y Griffin hacen migas en seguida.

Asimismo, en Evergreen Terrace muy pronto empiezan las relaciones entre personajes homólogos. Stewie en seguida admira a Bart Simpson, elogiando la simpleza de sus armas, Meg recibiendo la ayuda de Lisa para saber cómo destacar en algo, y Brian y Chris pierden al Pequeño Ayudante de Santa Claus.

En este punto de la historia tenemos dos grandes historias. Stewie intenta emular a Bart, quien encuentra su sentido del humor demasiado negro (incluyendo una broma telefónica a Moe, en la que el pequeño de los Griffin dice al tabernero que su hermana estaba siendo violada), haciendo distinción entre los distintos grados de humor que se suceden entre las series. Por otro lado, vemos a Homer y Peter tramando un plan: montar un autolavado de coches robados, que realmente no les sirve para nada, pero que da a luz una escena cuanto menos llamativa: ambos hombres realizan una limpieza en que emulan esas típicas escenas en que las mujeres lavan el coche de manera erótica. Aunque con estos dos personajes, la escena es más bien grotesca, como bien demuestran los habitantes de Springfield con coche robado.

Finalmente el coche de los Griffin aparece (conducido por el despistado Hans Topo), al tiempo que Stewie toma la decisión de secuestrar a Nelson y torturarlo por haber atacado a Bart.

Pero en el bar de Moe, antes de la partida de los Griffin, Peter obsequia a Homer con la cerveza típica de Quahog. Tras una pelea, parece ser que esta no es más que la Duff pero con otra etiqueta.

Aquí es donde empieza lo bueno, y no porque la parte previa del episodio sea mala. La lucha de fans de ambas series queda aquí reflejada. El comentario de Peter de "hace 13 años que no tomo una Duff" es la representación de la gente que dejó de seguir a los Simpson y se unió al humor negro de los Griffin cuando nacieron, mientras Homer defiende que Duff era su amor de toda la vida.

Acudimos así a un juicio (con Pedro Picapiedra como juez), en la que se habla del tema de las similitudes de ambas cervezas, componentes que son lo mismo con diferente aspecto... todo ello observado por personajes de ambas series, sentados, como no podía ser de otra forma, de la "equivalencia" que tienen cada uno. Finalmente se da la victoria a Homer y Duff, lo cual dejaría sin empleo a toda la gente que trabajaba para la cervecera de Quahog, incluyendo al propio Peter.

Las despedidas se realizan, con la reaparición del Pequeño Ayudante, Lisa regalando a Meg su saxofón (aunque Peter lo tira al cubo) y Bart negándose a mantener el contacto con Stewie, pues este ha secuestrado y torturado a Nelson, Apu, el director Skinner, Jimbo, y el actor secundario Bob, lo cual excede el nivel de las bromas de Bart.

Pero cuando Homer va a despedirse de Peter, entre ambos estalla la pelea final. Una pelea caracterizada por la violencia de Family Guy y a la vez recurriendo a gags de The Simpson. Memorable el momento en que Homer empieza a lanzar estatuillas Emmy, y Peter protesta con "¡Eh, eso no vale, yo no tengo ninguna!" y que termina con ambos protagonistas destrozados, aunque quien pierde como tal es Homer. Sin embargo, desde aquí se lanza el mensaje más claro para ambos fans de la serie: Homer y Peter se respetan mutuamente, como debería ocurrir con los seguidores de las familias, así como que también acuerdan mantenerse a media hora de distancia, "con un montón de basura en medio", en referencia al programa que se emite entre ambas series.

El cierre del episodio lo dan la vuelta al hogar de los Griffin, donde al final la fábrica de cerveza no ha cerrado (al fin y al cabo, ¿qué van a hacer? ¿Presentarse allí?, como preguntaba Loise), y un Stewie haciéndose el duro, pero al retirarse a su cuarto, lamentar el fin de su amistad con Bart... mientas copia en una pizarra varias veces "No volveré a pensar en Bart". La guinda del pastel.

Un episodio genial, obligatorio para los fans de ambas series (y sobre todo, que pillen el mensaje que hay de fondo), y aunque guionizado sólo por la parte de Family Guy ha captado a la perfección el espíritu de la serie de Matt Groening (que también puede verse en el juicio).