The Simpson Guy



The Simpson Guy es el episodio crossover que reúne a Family Guy con The Simpson. Dos de las series mas icónicas de la FOX. Guionizado por Patrick Meighan, de Family Guy, el episodio no puede ser calificado de otra forma que no sea brillante. La mezcla de ambos universos (o más correctamente, de la familia Griffin en Springfield, recurriendo al estilo de la primera) ofrece un episodio especial que hace crítica de la misma guerra que se desata entre los fans de una serie y la otra.

Quien me conozca sabe que Family Guy no es mi predilecta (Los Simpson y American Dad me gustan bastante más), es más, son pocos los episodios que he visto. No obstante no soy ajeno a lo que ocurre en la serie, al humor absurdo (y negro) que la caracteriza. Y he de decirlo: ¡Chapeau!. La mezcla es buenísima, y debería pasar a los anales de la historia televisiva. Voy a echar un repaso al episodio, plagado de SPOILERS. No leas si no quieres saber lo que ocurre.

"Mi lavavajillas se ha roto", el chiste de la discordia.
Todo empieza al estilo clásico de Family Guy. Peter empieza a publicar una tira cómica en un periódico que gusta a mucha gente... hasta que suelta un chiste sexista. Quizá por asociación indirecta, veo la manifestación feminista en casa de los Griffin muy similar al episodio en que Homer Simpson era acusado de acoso sexual. El caso es que la familia decide tomarse un descanso de su ciudad y volver cuando la situación esté más calmada.

Pero en el viaje sufren el infortunio. Tras perderse, y hacer un alto en una carretera para evacuar, su coche les es sustraído. Es entonces cuando se topan el cartel de Springfield. Han llegado.

Desde aquí empiezan las referencias a los fans. Para empezar, la pregunta de "¿En qué estado?", que recibe la respuesta "No creo que se nos permita decirlo". Una de las más grandes incógnitas de la serie de Matt Groening. Asímismo, se hace la mención de "creo que esta será la única vez que vengamos aquí", lo que nos puede dar la pista de que no esperemos que vuelva a ocurrir un crossover así.

De esta forma la familia Griffin (mencionando la posible hepatitis que sufren los springfiledianos por tener la piel amarillenta) llega al Badulaque, donde Homer Simpson les ofrece ir a su casa y ayudarles a recuperar su coche robado. Homer y Griffin hacen migas en seguida.

Asimismo, en Evergreen Terrace muy pronto empiezan las relaciones entre personajes homólogos. Stewie en seguida admira a Bart Simpson, elogiando la simpleza de sus armas, Meg recibiendo la ayuda de Lisa para saber cómo destacar en algo, y Brian y Chris pierden al Pequeño Ayudante de Santa Claus.

En este punto de la historia tenemos dos grandes historias. Stewie intenta emular a Bart, quien encuentra su sentido del humor demasiado negro (incluyendo una broma telefónica a Moe, en la que el pequeño de los Griffin dice al tabernero que su hermana estaba siendo violada), haciendo distinción entre los distintos grados de humor que se suceden entre las series. Por otro lado, vemos a Homer y Peter tramando un plan: montar un autolavado de coches robados, que realmente no les sirve para nada, pero que da a luz una escena cuanto menos llamativa: ambos hombres realizan una limpieza en que emulan esas típicas escenas en que las mujeres lavan el coche de manera erótica. Aunque con estos dos personajes, la escena es más bien grotesca, como bien demuestran los habitantes de Springfield con coche robado.

Finalmente el coche de los Griffin aparece (conducido por el despistado Hans Topo), al tiempo que Stewie toma la decisión de secuestrar a Nelson y torturarlo por haber atacado a Bart.

Pero en el bar de Moe, antes de la partida de los Griffin, Peter obsequia a Homer con la cerveza típica de Quahog. Tras una pelea, parece ser que esta no es más que la Duff pero con otra etiqueta.

Aquí es donde empieza lo bueno, y no porque la parte previa del episodio sea mala. La lucha de fans de ambas series queda aquí reflejada. El comentario de Peter de "hace 13 años que no tomo una Duff" es la representación de la gente que dejó de seguir a los Simpson y se unió al humor negro de los Griffin cuando nacieron, mientras Homer defiende que Duff era su amor de toda la vida.

Acudimos así a un juicio (con Pedro Picapiedra como juez), en la que se habla del tema de las similitudes de ambas cervezas, componentes que son lo mismo con diferente aspecto... todo ello observado por personajes de ambas series, sentados, como no podía ser de otra forma, de la "equivalencia" que tienen cada uno. Finalmente se da la victoria a Homer y Duff, lo cual dejaría sin empleo a toda la gente que trabajaba para la cervecera de Quahog, incluyendo al propio Peter.

Las despedidas se realizan, con la reaparición del Pequeño Ayudante, Lisa regalando a Meg su saxofón (aunque Peter lo tira al cubo) y Bart negándose a mantener el contacto con Stewie, pues este ha secuestrado y torturado a Nelson, Apu, el director Skinner, Jimbo, y el actor secundario Bob, lo cual excede el nivel de las bromas de Bart.

Pero cuando Homer va a despedirse de Peter, entre ambos estalla la pelea final. Una pelea caracterizada por la violencia de Family Guy y a la vez recurriendo a gags de The Simpson. Memorable el momento en que Homer empieza a lanzar estatuillas Emmy, y Peter protesta con "¡Eh, eso no vale, yo no tengo ninguna!" y que termina con ambos protagonistas destrozados, aunque quien pierde como tal es Homer. Sin embargo, desde aquí se lanza el mensaje más claro para ambos fans de la serie: Homer y Peter se respetan mutuamente, como debería ocurrir con los seguidores de las familias, así como que también acuerdan mantenerse a media hora de distancia, "con un montón de basura en medio", en referencia al programa que se emite entre ambas series.

El cierre del episodio lo dan la vuelta al hogar de los Griffin, donde al final la fábrica de cerveza no ha cerrado (al fin y al cabo, ¿qué van a hacer? ¿Presentarse allí?, como preguntaba Loise), y un Stewie haciéndose el duro, pero al retirarse a su cuarto, lamentar el fin de su amistad con Bart... mientas copia en una pizarra varias veces "No volveré a pensar en Bart". La guinda del pastel.

Un episodio genial, obligatorio para los fans de ambas series (y sobre todo, que pillen el mensaje que hay de fondo), y aunque guionizado sólo por la parte de Family Guy ha captado a la perfección el espíritu de la serie de Matt Groening (que también puede verse en el juicio).

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