Harry Potter y el legado maldito (el libreto)

Antes de empezar, va a haber spoilers.




En serio, voy a destriparlo.




Es el último aviso. ¿Quieres continuar? ¿De veras?




Tú lo has querido. Empiezo.

Harry Potter y el legado maldito. Nunca mejor dicho. ¡Malditos! ¡Lo habéis destruído! ¡Os maldigo a todos! En serio... Quizá haya exagerado un poco, pero... ¿por qué? ¿Por qué esto? ¡Harry Potter merecía mucho más que... esto! Y que conste, estoy hablando del libreto. La obra no la he visto, ni lo haré, salvo que la traigan al menos a los cines.  Entonces sí la veré. Por masoquismo. Porque vaya libreto tan malo.

Tengo que decir que no soy experto en teatro, pero... Harry Potter me ha acompañado muchos años. Y esto no parece un libro de Harry Potter. Dentro de cualquier obra medianamente popular, sale una cultura de fans que realiza sus propias versiones. Pues bien: han ido a llevar a teatro la peor versión posible (al menos que yo haya leído... y mira que a mi se me han ocurrido locuras). Y si pulsas el botón, te voy a contar toda la historia.



La obra empieza donde el epílogo de Harry Potter y las Reliquias de la Muerte, con Albus Severus Potter, hijo de Harry, a punto de empezar en Hogwarts y con miedo de acabar en Slytherin, blablablá, lo que ya nos conocemos. En el tren, decide pasar olímpicamente de su prima, y mejor amiga hasta entonces, para hacerse amigo de Scorpius Malfoy. Hasta ahí todo correcto... salvo por el hecho de que estos niños ya tienen la cabeza con ideas preconcebidas. Resulta que se rumorea que Scorpius es hijo directo de Voldemort. ¿Por qué? Porque sí, porque pueden.

La conversación de los tres sobre esto, los giratiempos, y eso, me parece muy poco natural. No por los personajes en sí, que no conocemos y cualquiera puede tener una visión de cómo son, sino porque... son putos críos. Once años, cojones. Y tienen más información en una página que nosotros en todos los años que nos pasamos leyendo los libros.

Y cómo no podía ser de otra forma, Albus termina... ¡en Slytherin! ¡Oh, que sorpresa, nadie se lo esperaba! Y de ahí, un montón de escenas que resumen que Albus las pasa putas en Hogwarts, y que cada año que pasa, vive más amargado por ser el hijo de Harry Potter  y al tiempo, el amigo del hijo de Voldemort. Y sin darnos cuenta de pronto estamos a punto de empezar el cuarto año de Albus en el colegio.

Que vale, que sí, que tienen que ir rápido a la acción. Es teatro, no una serie nueva de novelas, y tienen que explicar mucho, vale. Pero... Coherencia. Un poco de coherencia es lo que pido. Que sea coherente con la historia original.

Luego vemos que Harry ha arrestado a Theodore Nott, y le ha incautado un giratiempo. Hermione, la Ministra de Magia (¿por qué? Porque sí, porque pueden) tiene una conversación con él, en la que no parecen los mismos personajes que conocimos. Poco después, se reúne con Amos Diggory, en su casa (la de Potter), porque el anciano quiere que rescate a su hijo del pasado, pues no merecía morir.

¿En serio? ¿Rescatar a Amos Diggory del pasado a estas alturas de la vida? ¿Un personaje tan odioso como él? (Sí, odioso, recordemos la actitud que tenía en el cuarto libro). En cualquier caso, Albus ha escuchado la conversación, al igual que Delphi, la sobrina de Amos, que le cuida y hace de enfermera en un asilo para magos. Antes de la partida a Hogwarts, Harry le regala a Albus la manta en la que fue entregado a los Weasley cuando era niño. Un espléndido regalo emocional... pero que en ese momento de la relación resulta un patinazo. Ambos se terminan gritando, el joven que no quería ser su hijo, y Harry, no haberle tenido. Esa noche, Harry tendrá una pesadilla con Voldemort.

¿En qué momento Harry se convierte en un desequilibrado? En serio, no me cuadra con el tipo de persona que vimos. Pero aguardad, que me reservo para el final.

En el expreso de Hogwarts, Scorpius tira la caña a Rose, vuelve a ser rechazado, su madre ha fallecido, y Albus, con su miopía emocional, le dice que van a ir a salvar a Cedric Diggory al pasado, de forma que escapan del tren (de una forma demasiado fácil) para ir a ver a Amos y decirle que lo harán. Delphi se presta a ayudarles.

Así que se cuelan con la poción multijugos en el Ministerio, al tiempo en que sus padres emprenden su búsqueda, para hacerse con ese giratiempo especial que rompe con las leyes de la magia de la propia Rowling y las palabras escritas por la propia Rowling. ¿Por qué? Porque sí, porque pueden. El plan que tienen es una mierda... algo que me cuadra con el tipo de personalidad que tienen estos personajes: viajar al pasado e impedir que Cedric pueda derrotar al dragón de la primera prueba.

El caso es que logran viajar, pero el giratiempo apenas aguanta cinco minutos antes de devolverles a su tiempo... que ya no es su tiempo. Eso sí, han cambiado la historia: Ron no se casó con Hermione, Albus es Griffyndor, Harry es aún más huraño que nunca... sí, más que en La Orden del Fénix si cabe.

Aquí nos meten unos rollos sobre la amistad y todo eso que, una vez más, comentaré al final del artículo (Harry prohíbe a Albus que vea a Scorpius, y oh, sorpresa, terminará desobedeciendo), la pareja de amigos decide actuar otra vez con un sustituto del sentido común, y en lugar de corregir la primera cagada, cometen otra fastidiando a Cedric en la segunda prueba. Aquí tenemos por primera vez a Scorpius sólo.

Sólo en un mundo enormemente cambiado: Cedric se hizo mortífago, mató a Neville, y Harry murió, dando paso al tiempo oscuro de Voldemort y el Augurey. Su padre, Draco, ocupa ahora el puesto que ocupa Harry en la línea temporal verdadera, y él ha crecido siendo un cabrón hijo de puta. Claro que eso a él le pilla por sorpresa.

Pero Scorpius le echa pelotas al asunto y empieza a hacer preguntas indiscretas por doquier, hasta descubrir que Snape está vivo en este tiempo, y que él, Ron y Hermione son los últimos restos del Ejército de Dumbledore (no ya de la Orden, no). Pero qué coño, vamos a confiar en ese joven que parece haberse dado un golpe en la cabeza y olvidar quién es. Tras un momento Ron-Hermione, dementores, Umbridge, Scorpius logra volver a su verdadera época y encontrarse con Albus.

Castigados para la eternidad, Scorpius revela a Albus que, aunque dijo que perdió el giratiempo... Lo tiene guardado, porque los mayores no son de fiar de deben destruirlo ellos. ¡Me cago en la leche! ¡Harry, Ron y Hermione, en su infancia, por lo menos intentaban convencer a algún mayor de que les hicieran caso antes de meterse en líos! ¡Pero estos no! ¿Para qué? ¡Eso es muy mainstream! Pero Albus no puede evitar llamar a Delphi, que le hace tilín, y forma parte del ajo, a pesar de que no ha ido a ninguna parte con ellos.

Pues sí, pero no. Forma parte de otro ajo. ¡Anda! ¡Que el personaje casual tiene más relevancia! Y les rompe las varitas y les va a obligar hacer cosas mientras los adultos no se enteran de lo que ocurre... mira, eso último sí se parece al universo de Rowling. Pero claro, cuando se quieren dar cuenta ya es demasiado tarde. Delphi se lleva a los muchachos porque hay una profecía (no sabemos de dónde salió) que determina que dos loosers deberán salvar al otro (Cedric) para que resurja Voldemort. Así que van a viajar a la tercera prueba... donde sus planes los desbarata el propio Cedric. Como diría Nelson Muntz: HA-HA. Pringá.

Pero ella no se rinde, y tras manipular el giratiempo, lo rompe, quedando atrapados en 1981, el día antes de que Voldemort matase a Harry. ¿Primera suposición? Que lo quiere matar ella primero. Pero están desarmados, oh, qué hacemos. Habrá que avisar a los mayores. ¿Cómo? ¡Pues dejando un mensaje en la manta famosa que Harry le regaló a su hijo convenientemente! ¡Y que convenientemente Harry tendría en las manos aquel día! ¡Que maravillosa es la magia!

Y para rematar la faena, Draco también tenía un giratiempo. Uno mejor, que no te limita el tiempo a los cinco minutos. ¿Por qué? ¡Porque pueden, ostia ya! Viaje al pasado de Harry, Draco, Ron, Ginny y Hermione, emotivo reencuentro entre padres e hijos que no congenian, y resulta que no, que Delphi no quiere matar a Harry, sino advertir a Voldemort, quien (oh, sorpresa, es su padre) de lo que ocurriría si lo hace. ¿Solución lógica? Que Harry se haga pasar por Voldemort y la lleve a un sitio seguro donde poder reducirla.

El plan, obviamente, no sale bien (punto interesante de la historia: Delphi es hija de Voldemort y Bellatrix; ¿quién no se había imaginado esa pareja?), pero entre Harry, luego Albus, y luego todos contra ella, que así podréis, la derrotan para llevarla a Azkabán. Antes de irse, Harry quiere ver el momento de la muerte de sus padres. Un tiempo después, él y Albus luchan por tener una relación más normal.

Hasta aquí la parrafada del argumento. Ahora, vamos a lo general. Con spoilers, pero menos, coño. Que la traducción salió el miércoles y estamos a viernes. Y esto lo estoy escribiendo el jueves por la noche.

Personajes... Vale, es cierto que se desarrollan, pero... Ninguno me termina de cuadrar con su actitud. Es como si de pronto, la sombra de lo que pasó 19 años antes se cebara con ellos. Harry se ha convertido en una persona mucho más fría. Y Ron... un fantasma de su difunto hermano Fred. Draco parece que no aprendió nada. Ginny recupera el papel de aparecer y desaparecer sin que se note. Y Hermione... me sorprende, pero parece que tiene su cargo un poco subido a la cabeza.

Eso en lo que respecta a los personajes originales, pues los hijos... Scorpius, pase. Ha crecido en un ambiente aislado y bastante bien lo lleva, pero Albus... en serio. ¿Cómo es posible que tenga el trauma de ser el hijo de Harry Potter? ¡Tiene un hermano mayor! ¡No es el primero que pasa por ahí! Joder... No. Que no me termina a mi de cuadrar.

Y el otro punto a comentar... Tema familia, amigos, etc. Me ha resultado... mundano. Dramáticamente mundano. No es eso lo que quiero ver cuando voy a leer algo de Harry Potter. No, lo siento. Soy un cabrón asentimental, pero es que no me gusta, no es lo que me llama, me sobra. Y especialmente cuando, parte del argumento se cimienta ahí, me gusta todavía menos. Esto es lo más subjetivo que digo (como si el resto del post no lo hubiera sido). Lo sien... no. No lo siento. Es lo que hay.

Por cierto, Salamandra, que el universo de Harry Potter utiliza lechuzas, no búhos, que las traducciones de los siete libros originales la hicisteis vosotros.

A rasgos generales, diría que es un quiero y no puedo. Quiero y no puedo ser una historia genial, concretamente. Podrían haber hecho mucho más con la base con la que contaban y no fue así. A pesar de todo lo que digo, se va a llevar un 5. Las expectativas estaban demasiado altas cuando se anunció la obra de teatro... aunque en mi caso bajaron rápidamente cuando leí los spoilers que se filtraron por la web cuando la gente empezó a ir al teatro a ver la otra.

En resumen... ¿se puede leer? Sí, pero más por curiosidad que porque vayas a toparte con una lectura buena. El sentimiento Potterhead es más poderoso. Pero vamos, que si prefieres ahorrártelo, tampoco te vas a perder el bombazo del año. Que para gustos los colores. Y si al guionista le gustaba el mundo de Harry Potter de este modo, pues vale que lo haya hecho de este modo. ¿Por qué? Porque sí, porque puede.

Cómo se estructuran los comentarios en Internet


Posponiendo una semana más una entrada de "Nueva vida, nuevos problemas" (aquel relato que empecé hace un año y terminaré allá cuando el calentamiento global deje Madrid en primera línea de playa), he estado pensando en cómo se suelen estructurar los comentarios en un artículo de Internet... y esta es la conclusión:
  1. primeeeeeeerrrrrrrr!!!!!11111
  2. primeeeeeeerrrrrrrrrrrr!!!!!1111111
  3. oh, mierda, se me adelantó :(
  4. buah, a quien le interesa eso
  5. Comentario de un autodenominado experto en la materia, que pone en tela de juicio la credibilidad del artículo.
  6. Comentario del segundo autodenominado experto, que le discute al anterior porque no tiene ni puta idea.
  7. Aquí interviene uno para apoyar a uno de los dos, sin importar cual, y sin pruebas. Normalmente se le ignora.
  8. El primer experto se envalentona y saca enlaces.
  9. El segundo experto contraataca con sus propias fuentes, y con el brazo listo para dar ostias.
  10. Aquí otro que no se entera, pero tiene que entrar en la conversación de algún modo.
  11. Otro que intente que reine la paz entre ambos expertos.
  12. Repetir los comentarios 6-9. Se puede hacer una vez más, incluso.
  13. Tras tanto bombo, el siguiente que comenta ya pasa de hacerles caso. Pero caerá víctima de un tercer experto si no se descuida. Se repiten los comentarios 6-9 pero con la nueva temática.
  14. Otro que interviene: no tenéis no puta idea.
  15. Otro más: No, tú sí que no tienes ni puta idea.
Y así... Normalmente después de todo ese jaleo ya hay comentarios "pelaos" que nadie ha hecho caso, por tardones en responder, porque la bulla ya la tienen otros.

Y ya con los hilos de Twitter te da la risa. Suelo ver los hilos más o menos así:

@usuario: Primer tuit del hilo, con intención de resumirlo en 74.
@usuario: Segundo tuit
@usuario: Tercer tuit
@fan_de_usuario: ¡Toda la razón! Laik y emegé.
@usuario_que_conoce_a_fan_de_usuario: ¡Exageras!
@usuario: Cuarto tuit
@usuario: Gracias a @fan_de_usuario
@usuario: Empieza a debatir con @usuario_que_conoce_a_fan_de_usuario sin desatender su hilo
@usuario: Quinto tuit
@persona_casual: No puedo estar #deacuerdo porque CUCHARA
@usuario_que_mira_el_hashtag_#deacuerdo: Lee todo y da RTs a placer.
Se unen más arrobas a la conversación, mientras @usuario ya ha publicado 20 tuits y sigue en debate con @usuario_que_conoce_a_fan_de_usuario.
@el_que_no_falla: ¡@usuario es feminazi!
@el_otro_que_no_falla: @el_que_no_falla tiene razón y además @usuario es comunista y podemita
@seguimos_sumando: ¡la culpa es del capitalismo! @el_otro_que_no_falla @el_que_no_falla @usuario
@usuario: Publica más tuits preguntándose por qué le están mencionando en un debate que no ha abierto.
@empresa_chachiguay_de_promo: ¡Hola, @usuario ¿No te apetece un suculento paniajo para cenar? ¡Usa nuestra #app!
@el_otro_que_no_falla bloquea a @seguimos_sumando, y con tan mala ostia que le denuncia la cuenta
Todo Twitter termina cruzando opiniones sobre el PP y Podemos mientras @usuario termina de publicar su hilo sobre el cambio de estilo de animación de ShinChan desde 1992 hasta hoy.

Y así sigue la cosa.

Frikis, fans, posers


He disfrazado a mi avatar de un personaje de DC (versión cómics que no he leído y película que no he visto) y lo voy a usar para ilustrar un post de un tema que ha empezado por Marvel. Ole mis cojones.

Stan Lee (esperad, que me voy a cubrir de ese fanboy armado que me vigila con odio) declaró hace un año y dos meses que Spider-Man no podía ser negro. ¿Motivos? "No tendría ningún problema en que originalmente Peter Parker fuera latino o negro, indio o cualquier otra, pero de serlo debería quedarse así. El caso es que originalmente hicimos a Parker blanco, y no veo por qué debería cambiar eso." Hace unos días declaró que Zendaya Coleman podría ser una buena Mary Jane: "Si ella es tan buena actriz como he oído que es, creo que ella va a ser absolutamente maravillosa. [...] El color de su piel no importa, su religión no importa, lo que importa es que sea la persona adecuada para el papel".

Dejo aquí una foto de Zendaya para que, quien no la conozca, entienda de lo que va la vaina (créditos a la Wikipedia):

Contradicciones aparte (al menos hasta que Stan diga lo mismo sobre tener un Spider-Man negro) esto ya no va sólo por Stan (y van dos veces que le llamo sólo por el nombre de pila) sino por toda esa gente que le da la pataleta cuando se cambia algún personaje, ya sea cambio de raza, religión, bando, o que es más bien delgado mientras en el original es esbelto. Mundo, estamos en la época de las nuevas versiones. De las revisiones. Del remake. De dar vuelta a todo lo que conocemos. Nos guste o no. Para lo bueno y para lo malo.

Es algo que me sorprende especialmente por parte de los lectores de cómics de Marvel y DC. Con la cantidad de universos de cada uno que ha habido en los cómics... ¿qué no es, sino "otro más", los personajes que son llevados a la gran pantalla en el cine? (esquiva el botellazo) Es lo que hay.

Estamos en el punto en que "lo viejo" ya no vale en este mundo. Ya en la ficción en general. Los personajes que aparecen en producciones tipo "Avengers" o "Suicide Squad" no son los mismos. Son una versión más de todas las que se han hecho. Y por distintas versiones se debe entender que no van a ser iguales. Compartirán rasgos, o otros cambiarán. Físicos y psicológicos. ¿Y qué hay de malo? Los universos alternativos llevan existiendo en los cómics años. Pero ahora llega Hollywood haciendo lo que mejor se le da (lo que les sale del ciruelo) y perdemos la cabeza porque "es personaje es sólo un 90% fidedigno y nunca haría eso o no se vestiría así".

Bueno, tú dices eso y te enfadaste con D. Yates por lo que hizo con "Harry Potter". Bueno, sí y no. Me refiero, no es lo mismo cuando decides adaptar la saga propiamente dicha ("Harry Potter", "The Hunger Games"), en cuyo caso se entiende que va a seguir por los mismos caminos que la original, que adaptaciones como "V de Vendetta" al cine o "The Walking Dead"a televisión.

Vale, pero te has quejado también de "Anacleto: Agente secreto" o "Zipi y Zape y el club de la canica". Así es. Pero es que ahí soy incapaz de reconocer una adaptación o una versión. Por norma general, esas cosas deben recordar en algo al original. No ser exacto. No ser calcado. Pero hay casos en que no es así. Hay casos en que se elige un nombre popular y se pone al protagonista en algo que no se acerca ni remotamente a lo que conocemos. Eso sí me mosquea, la verdad.

Y aparte de esto, que podéis considerar que tengo razón o que me equivoco, hay un tema más que quiero meter en esto. Hablo de esa guerra de fans vs posers. Esos comentarios que he visto de "Joder, se metían conmigo de niño porque me gustaban los superhéroes y ahora les gusta a todo el mundo" o "Si van a ver 'Suicide Squad' es por las tetas de la Harley". Por favor, parad. Por mucho resquemos que tengáis. No. No se hace eso, caca. Seamos evolucionados.

Que lo que antes era de "frikis" ahora le guste a una cantidad de gente mayor no es sino beneficioso. De ahí sólo puede salir algo bueno. De ahí sale que la próxima generación no va a tener que soportar los abusos de los chulos porque "mira ese que lee cómics". O bueno, será en menor medida. Pero será más gente con ese tipo de gustos.

De igual forma, los motivos que lleven a alguien a ir al cine nos tienen que importar un pedo. ¿Que ese sólo va a verle las tetas a Harley Quinn? Deja que vaya, es su dinero. Y mira, puede que le guste. Y que vaya a otras películas que también le pueden gustar, y nunca las habría visto de no ser porque "esa" le llamó por alguna razón. Coño, que yo mismo me he vuelto fanático del mundo zombie por TWD, si no, nunca se me hubiera ocurrido.

Porque a mi, lo que haga un poser, me da igual. Lo que me molesta es que me atropelle un fanático. Los que pretenden (y recalco el pretenden) mandar sobre qué puede ver cada uno o que no en base a toda la historia previa que haya de algo que vaya a salir en la tele o en el cine o en videojuego. O de un videojuego que adapten a libro. O de un elemento X adaptado a un elemento Y, en general.

Deja que la gente lo conozca por la vía que sea. Deja que la gente se empape. Y no des la barrila para que lo conozca. Sé fan, y deja que el otro se limite a que le guste. No tiene nada de malo. Comparte con esa persona ese ir al cine. Puede que le enganches. O puede que no. Pero no es plan de ir arrasando con esas personas.

El mundo del entretenimiento es eso: entretenimiento. Disfruta y no te alteres. Que no te merece la pena amargarte un estreno por ir pensando "Voy a estar rodeado de garrulos que ni siquiera conocen al verdadero 'Doctor Strange'". Porque el único que va a sentirse mal con eso vas a ser tú.

Nano

¿Qué tendrá Robin Cook, un doctor que escribe novelas, para enganchar a un informático, que sólo entiende de virus no orgánicos? Pues a mi que me engancha, incluso cuando pone de protagonista a un ser irritante.

Pues mi lectura más reciente, interrumpida por el periodo estival, ha sido Nano. Publicado en 2012, secuela de su novela anterior Polonio 210. Hay que admitir que puede no ser la mejor novela de Cook. Pero quizá no tanto como para que en GoodReads la estén  con 1 o 2 estrellas los más recientes. Yo un poco más, por llevar la contraria. Y porque suelo disfrutar más de lo que leo. O de casi todo lo que leo.

Entrando en materia, Nano es una novela que nos re-presenta a Pia Grazdani, trabajando para la corporación Nano, dedicada a la nanotecnología médica. Su trabajo es lo único que parece preocuparla, más allá de relaciones sociales y tener vida fuera del trabajo. Además, Pia es la denominación de cabezota (como nota, es su personalidad lo que más he visto que irrita a la gente, pero en mi caso... no sé, es ficción, mola).

A la vez, Pia es cortejada acosada por su jefe, Zachary Berman, fundador y director de Nano, un hombre acostumbrado a salirse con la suya y que la experiencia al ver a su familia consumida por el alzheimer lle llevó a entrar en el campo de la medicina para luchar contra dichas enfermedades con la nanotecnología. La financiación y los medios los obtiene del gobierno chino.

El meollo de la historia empieza el día en que Pia, al salir por los caminos montañosos que rodean Nano, se topa con un corredor chino tendido en el suelo, muerto. Llamando a emergencias, el chino termina despertando como si no pasara nada. En Urgencias, conoce al doctor Paul Caldwell, momentos antes de que el personal de Nano se presente allí, reclamando la custodia del corredor chino. Pia empieza a ver algo extraño en el modo de funcionar de su empresa y decide investigar.

Como argumento, se podría decir que "uno más", pero aún así se trata de una lectura amena y movistar. Pia también está acostumbrada a conseguir lo que quiere, y hace todo lo que puede (y más de lo que debe) para averiguar qué secretos esconde Nano, para lo cual deberá aprender a manejar a su jefe, que parece perdido por ella.

Ya al margen de la historia propiamente dicha, Cook siempre deja en sus textos el debate moral sobre el uso de según qué tecnicas y qué ensayos para "el bien común", como se ve reflejado en los constantes intentos de Berman de que sus ensayos funcionen y pueda aplicar su tecnología al campo que más le preocupa. Los límites de la moral. Que por supuesto, cada cual tendrá los suyos (aunque hay unos que están "socialmente aceptados y normalizados").

Nano constituye a su modo de un toque de atención sobre este tema, así como explorar las posibilidades que tiene la nanotecnología en el campo de la medicina, tales como extirpar tumores y demás elementos dañinos del organismo, entre otros posibles usos, así como de las consecuencias de querer actuar libremente sin nadie que nos de apoyo o le brindemos nuestra confianza.

Grande, Cook. Y cómo me revienta no poder hacer reviews en condiciones destripando el argumento, cohone.

Como fue (o me imagino) la compra de lol:-) por parte de Mediaset


Pues así es como me lo imagino. En serio, nunga antes un programa de humor me ha hecho menos gracia. Y eso que he leído el programa electoral del PP.

(ya, ya se que esto no tiene nada que ver con lo que suelo publicar, pero tenía que decirlo...)