Top-10 Lo más leído en el blog del 2015


Un año más, repasando el top de las entradas del año que más lecturas han tenido.

0. "Ou may god" (11) - Eustaquio Ramal Ware
1. Sybiliam
2. Machismo
3. El desnudo
4. Mortadelo y Filemón
5. Nueva vida, nuevos problemas (I)
6. Nueva vida, nuevos problemas (V)
7. Me miraron raro cuando dije que iría a ver 'Del revés'
8. Feliz Día del Libro (strikes back)
9. Érase un empresario
10. Nueva vida, nuevos problemas (III)

Sólo me resta desearos una feliz entrada de año ;)

editado: Acabo de darme cuenta de que el capítulo 11 de "Ouy may god" ha desbancado el que era el post más leído de 2015, de forma que actualizo la lista "chapuceramente", dejando los 10 anteriores como estaban, y añadiendo en la cumbre ese "0".

Toxina

Y termino el reto de los 12 libros de este año con uno de mis autores favoritos: Robin Cook (Contagio, Crisis, Coma). Tras meses sin echarle la mano encima a un libro de este autor, tuve la buena suerte de encontrar Toxina, y me lancé a su lectura ávidamente.

Cook nos presenta al doctor Kim Reggis, un cirujano de éxito, muy conocido, que se haya un poco enfadado desde el momento en que su hospital fue absorbido por AmeriCare (empresa de sanidad privada que creo recordar que aparece en todas las novelas que he leído de Cook). Hombre divorciado, tras ir a por su hija Becky se la lleva a comer al Onion Rings, el típico restaurante de hamburguesas y patatas fritas. Pero a partir del día siguiente, Becky empieza a encontrarse mal. Muy mal. Cuando parece que no se trata de una simple indigestión, Kim decide averiguar qué ha causado esa extraña enfermedad.

Al igual que en Coma, Cook hace una llamada de advertencia en su novela. En este caso es una denuncia social por la mayor demanda de calidad de los alimentos a menor precio, de las prácticas de cultivo agresivas a través de un narrador omnisciente.

Sí, porque gustamos no sólo de conocer lo que hace y piensa Reggis, sino también se nos enseña el oscuro camino a los lectores, el cómo se puede llegar a esa situación. Una especie de lucha de un hombre contra algo más grande que él y que le puede costar muy caro.

Un buen thriller que no rechazaría ver adaptado a una película (incluso a una de esas TV movie de sobremesa). Tengo debilidad por las novelas de misterio, y esta cumple con creces mis expectativas al respecto. Me ha enganchado y lo he leído en tiempo récord. Si el autor ha llegado a vender casi 100 millones de copias es por algo: por méritos propios.

Con esto, queda cerrado el "reto" del año... Y empezar pronto el de 2016. ¡Otros 12 libros!

Es que la tecnología...



"Es que por culpa de los smartphones la gente ya no habla en el transporte público, van embelesados y atontados mirando la pantallita y se pierde la comunicación y los comunistas nos roban a las mujeres..."

¡PAMPLINAS! He de decir que yo antes pensaba igual, pero si miramos el asunto en retrospectiva... No hay mucha diferencia entre aquel señor entrañable que se sentaba en un asiento libre y se ponía a ojear el periódico con el caballero que, yendo a la oficina, saca su tablet para mirar las últimas noticias publicadas en la web.

O entre aquella persona que iba con su walkman y la cinta de Los Pecos dando un concierto para desgracia alegría de sus conciudadanos, y el que ahora se conecta con su MP4 a Spotify y mezcla una de Michael Jackson con otra de Camela.

¿Y qué diferencia hay entre "ayer me paso esto, esto y aquello" y "mira, ayer hablando con este mira lo que me dijo y yo flipando..." (inserte aquí conversación de WhatsApp).

La tecnología se ha amoldado a nuestras vidas. Si bien es cierto que hay hábitos que se han cambiado (y que la idea del "doble check azul" ha sido algo nefasto en la comunicación) nos limitamos a hacer lo mismo que se ha hecho hasta ahora con la tecnología: aprovecharla.

Planeta Tierra, hace muchos años antes de Jotacé
-¿Te puedes creer, el de la cueva de al lado?
-¿Que le pasa?
-¡Que se ha montado un carro para llevar las cosas! ¡Con ruedas!
-Sí, lo sé... El otro día la de dos cuevas más allá, igual, usando el fuego para cocinar el mamut en lugar de hacerlo crudo.
-Si es que yo no se donde vamos a parar...

Si fuera por algunas personas, aún estaríamos usando un coche de caballos en lugar de automóviles. O contratando escribas en vez de tener imprentas. O usando energías no renovables en lugar de... oh, wait, mal ejemplo.

La evolución de la tecnología lleva acompañando al hombre desde el dominio del fuego y la invención de la rueda hasta hoy. "Ya, pero no es lo mismo, porque esas son cosas útiles...". Bueno, vale, pero... ¿qué hay de esos incendios (de dudoso origen) que queman hectáreas de bosque y monte al año? ¿O de los atropellos? Eso es también un uso irresponsable de la tecnología, y no por eso vamos a ser tan radicales de prohibirlo, ¿verdad? Pues con las tecnologías que tenemos ahora también.

No hay que prohibir. Hay que educar. Enseñar que no se puede depender absolutamente para todo del móvil. Pero hoygan... Que la localización puede salvar vidas. Que la videollamada ayuda a gente con problemas de habla y/u oído a hablar con sus seres queridos a la distancia. No se, pero algo que hace cosas buenas, no puede ser tan malo.

Fulgor

Por circunstancias personales, últimamente lo de actualizar el blog ha quedado un poco de lado, pero voy a intentar aprovechar para ponerme al día con las publicaciones después de un mes y medio de abandono.

Y vengo, una vez más, con uno de los libros del reto, el 11º, siendo Fulgor. La obra más reciente de Manel Loureiro (del que ya comenté la trilogía de Apocalipsis Z: El principio del fin, Los días oscuros, y La ira de los Justos, y su novela El último pasajero). Creo que después de esta última lectura, el apodo de "el Stephen King español" le queda muy apropiado. Atención: van spoilers.

El libro nos narra una historia de intriga, en la que Casandra, una mujer cuyo matrimonio no está pasando por su mejor momento, queda en coma tras un accidente de coche dado en extrañas circunstancias. Cuando se despierta, empieza a ser capaz de percibir el aura de las personas, en su mayoría de colores vivos y brillantes. Sin embargo, su habilidad la pone en peligro con la aparición en su ciudad de lo que ella denominará los Oscuros: gente con el aura oscura que parece estar siempre cerca de los sitios donde ocurren desgracias... o incluso ellos mismos pueden provocarlas.

La historia, como no podía ser de otra forma, no se centra en la figura de Casandra. Los Oscuros también tienen sus momentos de protagonismo con el lector, para darnos una idea de lo escalofriantes que pueden ser estas personas, y ayudan a entender un poco la naturaleza de los mismos.

He de reconocer que ha sido una lectura absorbente. No es extraño que el comienzo de la misma empezó lento, pero poco tardó en arrancar la parte interesante (la trama de los Oscuros se presenta muy sutilmente al principio, pero ya ayuda a querer continuar leyendo). En las páginas del libro vamos conociendo la personalidad de Casandra, una mujer en cuyo mundo empieza a derrumbarse su matrimonio, al no encontrarse del todo feliz con su marido Daniel, un policía que parece no encontrar del todo su sitio. Ambos dos se enfrentan a una dura prueba en la novela en que ninguno de los dos parece poder confiar del todo en el otro.

Minoritariamente está la figura de Martín, el hijo pequeño del matrimonio, en el cual ambos se vuelcan. Y no podía faltar un aliado en el asunto, un paciente del centro psiquiátrico donde trabaja Casandra, de quien sospecha que podría tener información útil acerca del fulgor que puede ver y percibir. A lo largo de las páginas, Casandra pondrá en duda en varias ocasiones su propia cordura: ¿será real el fulgor? ¿Van los Oscuros realmente a por ella? ¿O es todo fruto de su imaginación, en una secuela de locura tras un coma que debería haberla matado y no fue así?

Una historia de misterio que engancha desde el principio hasta el final, añadiendo Historia del mundo en la trama (como ya hiciera con la historia de la Alemania nazi en En último pasajero) de una forma bastante interesante, y cuyo desenlace deja abierta la posibilidad de una secuela que sería por lo menos tan interesante como esta.

Onceavo libro. Estoy con el último del año. Toxina, de Robin Cook. Muy pronto...

Ola de calor

Lo prometido es deuda, y tras un largo periodo sin publicar, llega el momento de reseñar otra novela que me he leído. Y en esta ocasión ha sido Ola de calor, de Richard Castle.

Sí, Castle, el de la serie televisiva. Obviamente Nathan Fillion no ha escrito el libro... o sí, ya que el autor real del libro parece ser un asunto secreto. Aunque todo apunta, evidentemente, a que la autoría pertenece a los guionistas de la serie.

En cualquier caso, el planteamiento de la novela no podía ser más parecido al de la serie: A la detective Nikki Heat le encasquetan, por hilos de influencias, al periodista Jameson Rook, que quiere documentar el trabajo del departamento de policía en Manhattan, Nueva York, cuando un magnate inmobiliario es asesinado.

Realmente encaja muy bien, pues recuerda en todo momento a los orígenes de la relación entre Castle y Beckett (salvo alguna licencia que se tomó "Castle" sobre lo que la detective pensaba de él), y aparece casi todo el elenco de la temporada: Heat (Beckett), Rook (Castle), Raley y Ochoa (los Roach, Ryan y Esposito), el capitán Montrose (Montgomery) y Lauren (Lanie). La excepción es Alexis, la hija de Castle, que no tiene homólogo en el libro. Algo natural, si en la novela el autor sigue el "punto de vista" de Heat y no de Rook.

Entretiene, divierte... y ya. Es decir: no es la novela del año (de su año, vaya). A muy grandes rasgos, como novela policíaca es el mismo resultado de novelizar un caso cualquiera de la serie Castle. Y no lo digo como algo negativo (personalmente soy fan de la serie), pero no es una obra maestra del género. No es una novela de Holmes, no es una novela policíaca al uso. Es una adaptación del género.

¿Recomendable? Sí, si eres fan del estilo. No voy a adentrarme en analizar la trama: si disfrutas del modus operandi de la serie, el libro te va a gustar. En caso contrario, puede que esta no sea tu novela. Salvo que le quieras dar una oportunidad (pero empieza por la serie).

Como nota, se han publicado, tanto en Estados Unidos como en España, las mismas novelas que en la serie (la más reciente, Calor asfixiante). Las leeré, progresivamente, pero por lo pronto no. Será más por curiosidad que otra cosa, pero tengo unos cuantos libros pendientes, así que toca organizar la lista de lectura.

Por lo pronto, voy a volver con Manel Loureiro, que ha publicado Fulgor hace un mes y va siendo hora de que le hinque el diente ojo a dicho trabajo, que promete mucho.

1984

Lo prometido es deuda, y me sumí en la lectura de 1984. Me falta Fahrenheit 451 para completar la "trilogía de la distopía", pues ya me leí Un mundo feliz. Y desde luego, 1984 parece un mundo aún más duro del presentado en dicha novela.

La novela, de George Orwell (autor de otro libro que anduve comentando, Rebelión en la granja) nos presenta una sociedad dominada por el Partido, cuyo líder supremo es el Gran Hermano (sí, de una novela como esta se basaron para el concurso chabacano de Tele5). Este Partido regula todo lo que ocurre dentro de sus fronteras. Con el Ministerio de la Paz, el Ministerio del Amor, el Ministerio de la Verdad y el Ministerio de la Abundancia, controlan absolutamente todo.

Grandes herramientas para ello son las telepantallas, que controlan los movimientos de todos y de todo; la Policía del Pensamiento, que procuran evitar que se puedan cometer crímenes mentales (crimentales) contra el Partido, y por supuesto, una educación hacia las nuevas generaciones (¿a qué grupo me han recordado esas palabras?) a quienes se les enseña a traicionar a sus padres y a adorar al Partido.

Winston Smith es uno de los engranajes del Partido. Su trabajo consiste en modificar la historia: corregir ediciones pasadas del Times, para que encajen con la realidad presente. Si se previó que habría un ataque en un mes, y finalmente fue en dos meses, debe editar el original. Si alguien que un día es un héroe al día siguiente es declarado traidor, debe dejar claro que siempre lo fue.

Pero Winston no es idiota. Sin entender del todo la realidad en que vive, se empieza a cuestionar. Sobre el pasado. Sobre los sentimientos. Sobre la sociedad. Sobre la verdad. Mientras se hace preguntas, conocerá a Julia, con quien poco a poco empezará a mantener una relación, y con quien comparte muchos de sus pensamientos.

De esta forma, se nos presenta una novela interesante dividida en tres partes. SPOILERS #ojocuidao.

La primera parte nos presenta al personaje: su forma de ver el mundo, el inicio de sus preguntas e inquietudes. Winston parece estar sólo en una socidad sometida al yugo del Partido, y debe hacer lo imposible para parecer ser uno más si no quiere desaparecer. Ha oído historias sobre revoluciones, pero ¿quién sabe si son verdad? ¿En quién puede confiar?

La segunda parte ahonda en la relación entre Winston y Julia. Su visión del mundo, su intención de pelear contra el Partido aunque no sepan cómo empezar siquiera, su curiosa relación que trasciende la "camaradería" que existe en la sociedad, sin que llegue a ser amor (al menos, tal como lo conocemos en nuestra sociedad real).

La tercera parte y final es la "losa que nos arrastra". Winston es arrestado, torturado, y de esta forma, conoce y comprende la verdadera naturaleza que hay detrás del Partido. Una dolorosa verdad, y que nos deja un final abierto sobre el destino final de nuestro protagonista.

Una lectura muy interesante. El desarrollo del personaje no deja de notarse en toda la novela, diferenciándose bien el Winston que vemos en cada una de las partes. La sociedad presentada en la novela es terrorífica. Una sociedad alimentada a base de odio, de guerra, eliminando los sentimientos positivos. Escalofriante cuando se analiza. No puedo sino aplaudir la novela.

Me resulta curioso el dato de que (precisamente) en 1984, se estrenara la película, siendo John Hurt el actor protagonista. ¿Por qué es curioso? Porque 20 años después, John Hurt haría el papel de Adam Sutler, el "Gran Hermano" de la película V de Vendetta. Coindicencia... o quizá no.

Leído esto, ahora debo decantarme por mi siguiente lectura. ¿"Fulgor", de Manel Loureiro, u "Ola de calor", de Richard Castle? (sí, Castle, no has leído mal). Ya decidiré.

Redes (a)sociales



Lo que puede dar de si una chorrada en Twitter...

Los (putos) ads



Voy a decirlo sin tapujos. Navegar por la web se ha convertido en un coñazo. Quieres buscar información de cualquier cosa, y aparecen miles de anuncios molestos en la pantalla. Desde páginas que se limitan a poner un banner (las que menos) a esas que cargan tres banners, dos ventanas emergentes, el botón de Facebook, y enlace a sitios similares con más publicidad.

Señores programadores de páginas web, entiendo la necesidad de publicar algo (y recalco: algo) de publicidad para sostener una web. Alquilar el dominio, el hosting... Vale, conlleva unos gastos. Y si de paso, con el fruto de ese trabajo, se consiguen unos euros, pues tanto mejor. No tengo problema con eso.

Pero seamos serios. Los anuncios de las páginas web, los que van incrustados, se han convertido en invasivos. Es imposible navegar a gusto con esta publicidad tan molesta.
  1. Porque ralentiza el tiempo de carga. Cuantos más elementos tiene una web, más tarda en cargar. Eso es un hecho, y más cuando hay sitios en los que la publicidad carga antes que el contenido. Intolerable.
  2. Dificulta la navegación, especialmente desde un teléfono. Si ya jode entrar en un sitio web desde el teléfono y comprobar que no está adaptado para leerse en teléfonos, no te cuento ya pelearse en una pantalla táctil con los anuncios. Al final te entra hasta el tifus en el smartphone.
  3. Distrae. Afortunadamente, los que usamos Firefox tenemos ahora un "modo de lectura" que se limita a cargar el texto y sus imagenes ilustrativas, eliminando cualquier distracción. No obstante, no es suficiente: la publicidad de un sitio no puede interferir en su contenido.
  4. Quitarla es cada vez más difícil. En serio, ¿a quién no le ha pasado lo mismo que ilustro en la imagen de publicidad en los teléfonos?
  5. Es peligrosa. Tener que ver la imagen de un pene creciendo mientras intento leer las últimas novedadesd de la parrilla televisiva estadounidense ya es incómodo. ¿Qué hay de acceder a una web, y que de pronto, por la publicidad, esta te lleve a una página de esas que infectan con el virus de la policía. Entre otros ejemplos. Y me ha pasado leyendo artículos de Harry Potter, cuidado.
Así que me toca un poco los cojones que los anunciantes de internet estén haciendo un aquelarre contra los bloqueadores de anuncios. ¡Que pierden dinero! ¡Cojones! ¡Y yo pierdo mi tiempo intentando cargar una web sobre la cría de la zanahoria en invernaderos en la que cada dos por tres me sale un aviso que no hay forma de cerrar y como no de en el punto exacto de la "X" para cerrarlo me abrirá una emergente que intentará venderme viagra!

Es realmente molesto. Y eso por no hablar de las últimas "encuestas" que aparecen estos días en ciertas webs informativas. ¿Que para leer un artículo tengo que decir si soy padre, si tengo un Volkswagen,o si dedico más tiempo a ir al cine o a ver la tele?

Menos mal que parte de ese colectivo se ha dado cuenta de que ese modelo debe cambiar. El problema, me temo, es que tardaremos en ver ese cambio. Y mientras, los ads nos seguirán impidiendo acceder a nuestro contenido. Ya sea navegando, usando juegos en el teléfono...
Hace poco se anunció Pokémon Go!, un juego para Android e iOS que permitirá atrapar Pokémon usando la realidad virtual. Entre otras cosas, se ha hablado de eventos para que la gente coopere para capturar a los legendarios. Tiemblo al imaginarme a doscientas personas congregadas en Puerta del Sol, a punto de atrapar a Mewtwo, y que en el momento de lanzar la Pokéball, aparezca un anuncio en video de tres minutos que no se puede saltar. Ahí lo dejo.

Ser solidario



Esta imagen en realidad es una plantilla. Cada vez que hay de por medio un asunto relacionado con nuestra solidaridad, un montón de gente, gente hipócrita siendo precisos, se oponen profundamente a que seamos solidarios, pero siempre hay un caso concreto que les llega a la fibra sensible. Sólo ese. Manda cojones.
Una cosa es ser solidario, y otra es serlo a cambio de nada.
Mariano Rajoy
Mucha gente parece acogerse encantada a las palabras de Rajoy, que recogen muy bien el espíritu de lo español. He aquí otras citas célebres en la misma línea.
Una cosa es ser generoso, y otra es serlo sin pedir que te lo devuelvan, con comisiones.
Un banquero cualquiera
Una cosa es ser solidario, y otra es serlo a cambio de nada.
Tu cuñao, después de oír a Rajoy
¿A qué se debe todo este rollo de citas? Recientemente he visto en Facebook una imagen de esas compuestas por una foto y un texto sobrepuesto. El texto, en esta ocasión, rezaba: "Ante las ayudas sociales, los españoles primero". Lo se, es duro. Ve al baño, vomita, y una vez te hayas repuesto de que alguien pueda haber publicado tamaña gilipollez (y otros taitantos la compartan), continuamos.

Estuve un rato pensando... y la verdad, no se me ocurrió ningún motivo para que los españoles tengamos que tener algún tipo de "preferencia". No se, lo mismo es que tenemos la polla más grande y eso nos da el derecho, aunque lo dudo. Tanto que la tengamos más grande, como que en ese caso tuviéramos derecho.

Las ayudas sociales son para la sociedad que lo necesita. (¡Gracias, capitán Obvio!) No, no es tan obvio, o no me parece que lo sea para la gente, de ahí que tenga que explicarlo. Y antes de que me venga alguno con eso de "es que los extranjeros vienen a...", vamos a dejar claras unas cosas:
  1. En este país hay inmigrantes que necesitan las ayudas sociales para vivir.
  2. En este país hay inmigrantes que se aprovechan de las ayudas sociales.
  3. En este país hay españoles que necesitan las ayudas sociales para vivir.
  4. En este país hay españoles que se aprovechan de las ayudas sociales.
¡Y punto! ¡Que no todos los que somos originarios que aquí somos unos santos! ¡Ni todos los que vienen de fuera lo hacen para aprovecharse! ¡No se puede hacer una criba por el puto país de origen! ¡Se deben hacer esfuerzos para garantizar que esas ayudas van a ser bien aprovechadas! ¡No se puede cerrar el grifo! ¡No podemos hacer como esos bárbaros que intentaban evitar la entrada de los camiones de refugiados! ¡O la reportera húngara! ¡Por el amor de lo que más quieras! ¿Qué clase de comportamiento es ese? Si somos humanos, tengamos humanidad.

Hay un oxímoron del que formo parte. La llamada "tolerancia cero". No puedo con el racismo. No puedo con el "que pena me da el niño sirio pero no voy a dejar que entren en mi país". No puedo con el sentimiento patrio que crece hasta que la persona cree que por esa condición estamos por encima de otros.

"Pero es que en otros países...". En otros países un imputado no puede ejercer un cargo público, en otros países se ha dimitido cuando no se ha podido cumplir el programa electoral, en otros países se hacen tantas cosas que tan bien podríamos hacer en el nuestro... Pero eso ya no nos sale de los cojones, claro. Que muchos los tienen tan gordos que se los pisan cuando van por la calle.

La sociedad española tiene muchas cosas buenas (aquí entra uno y me dice: ¡fascista!) pero también tiene cosas malas (aquí entra el otro y me dice: ¡rojo!). Lo de la tolerancia es uno de esos temas. La solidaridad es el otro. Yo no voy a decir a nadie: "Oye, tenemos que ir a donar a esta ONG, que necesitan ayuda para...", no, no voy a hacerlo. Cada uno con su dinero puede hacer lo que le de la gana.

Creo que España va a acoger a 14.000 refugiados. Si hay algo que me preocupa del asunto no es el hecho de que vengan, sino qué les podría pasar cuando lo hagan... Hay mafias que operan... hay gente violenta por la vida... No creo que vayan a estar peor que en su país de origen, pero de lo que estoy seguro es de que ni el 5% podrán alcanzar (a menos a corto plazo) el nivel de vida medio de los españoles. Por mi parte sólo me queda desearles la mejor de las suertes. Y a los intolerantes, les deseo que revisen por las webs de noticias. Que vean lo que tiene que estar pasando esa gente en su país.
Los refugiados no emigran por diversión. Al igual que la gente que salta las vallas en Ceuta y Melilla. En una situación desesperada, quien no tiene la oportunidad por la vía legal, lo hará por la ilegal, más peligrosa. Supervivencia lo llamo. Pero si cualquiera de nosotros estuviera en el lugar de ellos, más de uno sería el primero en querer salir de allí.
Esta es mía.

Mortadelo y Filemón

Tras pensarlo mucho, me di cuenta de que aún no había dedicado una entrada en el blog a la mítica pareja creada por F. Ibáñez, y como eso no podía ser, era hora de corregirlo.

Mortadelo y Filemón, nacidos en 1958, la pareja de detectives (y luego, agentes secretos) más famosa del panorama español. Ríos de páginas, tinta, gags, carcajadas...Un hito en la historia de la historieta española, por peso propio.

Yo he sido de los niños que han crecido con Mortadelo y Filemón. No en su época dorada, claro, pues me dio por nacer en los años 90, y hasta finales de la década no empecé a acumular cómics de los agentes patrios más conocidos. Precisamente, "El bacilón", cuya portada ilustra esta entradilla, fue el primer álbum como tal que leí de Mortadelo. Posteriormente, conseguiría "Los secuestradores" y "El transformador metabólico", todos ellos de la actual colección Olé!. Sumándolo al número 14 de Súper Humor (repitiendo las dos anteriores, y añadiendo "Los mercenarios" y "¡A por el niño!"), fueron los orígenes de una colección que actualmente ocupa el 50% de mis estanterías (acompañados de Rompetechos, El botones Sacarino, 13, Rúe del Percebe, los Zipi y Zape de Escobar, y varias recopilaciones de historiera de la época de Bruguera).

Mortadelo y Filemón son como el buen vino: envejecen bien. Y ahora mismo, podemos elegir cualquier álbum de la época de los setenta (como la primera "larga" que fue "El sultafo atómico", o "Magín el Mago") y reírnos de aquellas aventuras.

Los agentes empezaron su andadura en 1958 como Mortadelo y Filemón, agencia de información (por aquella costumbre brugueriana de poner rimas a los títulos de sus tiras), siendo una parodia (aproximada) de Sherlock Holmes y el doctor Watson. Bueno, en realidad Filemón podía beber más de Holmes que Mortadelo de Watson (siendo Mortadelo quien heredaría -es un decir- la habilidad del disfraz de Holmes, pero de tal forma que se convirtió en el perfecto transformista).

De esta forma, los agentes se hicieron su hueco en la revista "Pulgarcito" como una pareja de detectives, únicos hasta que, once años después, se publicara "El sulfato atómico". Aquello fue el cambio: pasaron a ser agentes secretos por cuenta ajena, de la T.I.A. (Técnicos Investigación Aeroterráquea), añadiendo a dos personajes al elenco: el superintendente Vicente (alias, "El súper") y el doctor/profesor Bacterio, quien resultó ser el culpable de la calvicie de Mortadelo. Como nota curiosa, hasta ese momento, era Mortadelo quien realizaba los inventos catastróficos, rol que heredaría el loco profesor.

Los cuatro compartieron páginas, de forma que los casos de la pareja empezaron a ser una parodia de las aventuras de espías, a lo made in Spain. Fue en 1978 con el álbum "Los gamberros" cuando apareció el único elemento femenino "fijo" de la serie: la señorita Ofelia (que no me había olvidado de ella, leches, es que fue la más tardía), completando el quinteto que todos conocemos, y conviviendo (más o menos) hasta las fechas actuales.

Pero toda historia tiene un lado tenebroso, que es el que vemos actualmente: si bien aún, en los álbumes que (meritoriamente) Ibañez sigue publicando más de cincuenta años después, no hay duda de que ahora el estilo es bastante distinto. No se puede culpar al autor de querer usar los temas de actualidad para meter a sus personajes: es una buena forma de atraer público, pero dedicar álbumes enteros al botellón ("La litrona... ¡vaya mona!") o a las bombillas de bajo consumo ("La bombilla... ¡chao, chiquilla!") me han dejado con un sabor de boca algo amargo.

Lo mismo ocurre cuando entramos en temas de política, como la polémica de la jubilación ("Jubilación... ¡a los noventa!"), a los chanchullos políticos ("Marrullería en la alcaldía"), la prohibición del tabaco ("Prohibido fumar") o la implantación del nuevo carné de conducir ("¡El carnet, al punto") son álbumes buenos dentro de su serie, pero que lejos quedan de aquellas aventuras "a lo épico", enfrentándose a villanos como "Chapeau el esmirriau", "El gang del chicharrón", los invasores extrarerrestes... Por eso me considero niño "tardío", hubiera disfrutado mucho en los 70 y 80 con las revistas de la época. Pero me queda poder leerlas ahora, que es lo bueno.

A día de hoy sigo disfrutando de los agentes. No he leído todas las aventuras (me faltan muchas de las contemporáneas, así como algunas de décadas previas) pero uno de mis objetivos es tener la colección completa. Hasta que se acabe.

Y tiene mérito la serie: sólo en aventuras largas, que ya suman 200 (201 con la que se publique en diciembre), a 44 páginas por álbum, son 8.800 páginas, a las que hay que sumar todas las que se publicaran antes de "El sulfato atómico". Un trabajo colosal, qué duda cabe.

No puedo olvidar las apariciones en televisión y cine de los agentes. Las he visto todas, y soy capaz de disfrutarlas (aún siendo consciente de los fallos que tienen). De niño tenía (y aún lo tengo) un VHS con tres cortos de los Estudios Vara, que adaptaban libremente historietas cortas de los años 60, con una calidad bastante aceptable (así como el primer largometraje de los agentes: El armario del tiempo). También he visto los episodios de la serie de BRB estrenada en los años 90. La calidad de dibujo fue bastante mala, y la adaptación de guión suprimió demasiados chistes, pero no dejaba de ser un producto infantil (aunque la misma productora realizó esas maravillas que fueron Willi Fog y D'Artacán) que se puede disfrutar tranquilamente.

La gran aventura de Mortadelo y Filemón llevaba a los personajes al mundo de carne y hueso, dejándome una de mis películas favoritas, si bien se alejaba ligeramente de los tebeos originales. Por el contrario, Mortadelo y Filemón. Misión: Salvar la Tierra se acercaba más a los originales (argumento: "El caso del bacalao") pero el resultado final, a nivel visual, no fue del todo acertado. De Mortadelo y Filemón contra Jimmy "el Cachondo" no puedo decir una palabra en contra. Quizá por fanboy, quizá por ser la mejor adaptación de las aventuras de los agentes.

Mortadelo y Filemón han sido compañeros de viaje durante muchos años, y allá donde vaya, todos sus álbumes viajarán conmigo, aunque me toque desembolsar un extra a los servicios de mudanza. Han sido una parte importante, hasta límites insospechados a priori. Pues... ¿quién me iba a decir que en un blog sobre Mortadelo terminaría conociendo a la chica perfecta?

(Algún lector recordará que en su momento yo también tuve un blog de temática de Mortadelo y Filemón. Se puede acceder desde aquí, pero por diversos motivos, llevo sin actualizarlo desde 2013. No descarto volver a ponerme algún día, pero por lo pronto queda descartado.)

Me miraron raro cuando dije que iría a ver 'Del revés'


Parece que uno no puede ir a ver una película "de niños" sin que le miren raro. Por suerte uno sabe ignorar de esas cosas, y ayer por la tarde me planté en el cine para ver Del revés (Insout Ide Inside Out). Pixar tiene un color especial... ♫

Vale, no. Pixar tiene un "algo" que hace llamativas sus películas. Esta es la 13ª película suya que veo (de las 15 que tienen, no es mal promedio) y no lo lamento en absoluto (menos aún cuando fui en día del espectador). Todo el mundo hablaba maravillas de la película. O al menos, bien. Había, una vez más, que comprobar si era cierto que eran buenas o no.

Y por esta vez al menos la gente no estaba equivocada. Es una película muy, muy adulta. Perfectamente disfrutable para gente que "no ve cosas de niños", y para los niños también. Literalmente, una película para toda la familia: padres, madres, hijos, tíos, primos, vecinos, el del butano... Una genialidad.

Para los que no la conocen, un breve resumen del argumento: la película nos habla de Riley, una niña, desde el momento en que nace hasta que llega a la edad de empezar a madurar. Para ver el proceso nos adentramos en su cabeza, donde podemos ver las emociones representadas por cinco personajes: Alegría, Tristeza, Ira, Miedo y Asco (o Desagrado, según traducción y/o preferencias), y la evolución de las mismas.

Sin entrar en terreno de los spoilers, creo que la película es la metáfora perfecta del funcionamiento de nuestro cerebro. Sin ser en absoluto "técnico", se llega a entender muy bien el funcionamiento de los recuerdos, de qué manera se guardan, el subconsciente... Un viaje a una cabeza representada en forma de un pequeño mundo regido por los personajes principales, y un buen puñado de "secundarios" (pues, aunque se van mostrando progresivamente, no dejan de ser realmente importantes para nuestras mentes).

Algo que, realmente, para los niños puede resultar entretenido, y para los adultos llamarles la atención de esa explicación tan simple (que es donde radica su genialidad). Es una película de doble lectura (o visionado) y suerte de los niños que ahora es "una peli de dibus" y cuando la vuelvan a ver, seguramente pensarán "ostias... así que esto es esto, y aquello es aquello". Me recuerda bastante al caso de la película de animación basada en "Rebelión en la granja".

Los personajes... qué decir, me han encantado. Todos. De hecho me he identificado con uno: Miedo. Cosas mías, pero ya he encontrado gente que afirma que es algo que me pega, así que no les voy a quitar la razón, jejeje.

Un buen guión, unos personajes que caen bien por su propio peso, una animación perfecta (elemental). Creo que no le puedo ver ningún punto flojo a la película. Quizá lo haya en la parte más técnica, sobre si la representación que se hace de la mente es buena (aunque por lo que tengo entendido, se han asesorado bien para hacer la película, de forma que no creo que tengamos ahí un error). Desde luego, una de las películas del año.

Y para cerrar la entrada, he aquí "mis cinco Felikis internos", durante la proyección de la película:


Un mes



¿Qué mejor forma hay de empezar un mes que cumplirlo contigo?

Después de tanto tiempo, por fin logramos estar juntos. Lo mejor que me ha podido pasar. El tiempo juntos, breve, pero intenso. Tenerte entre mis brazos. Fue una gran idea aprovechar ese fin de semana, que tanto me marcó. Estar a tu lado es una sensación que no puedo describir con palabras.

Siempre me había considerado un "Sheldon" de la vida pero tú has demostrado que eso no es cierto. Me importas, te quiero muchísimo, y te echo mortalmente de menos. Mi debilidad... mi cariño... mi amor. Creo que no existe vocabulario suficiente para expresar todo lo que representas para mi.

Te quiero. Y cuento con que muy pronto vamos a volver a vernos. Y repetir aquella maravilla de sensaciones al estar contigo. Por los meses que quedan por venir, y que estemos juntos en todos ellos.

Un beso con todo mi cariño ❤

El último pasajero

Aunque dije que el siguiente libro sería 1984, me quedé enganchado con la lectura de El último pasajero. De la pluma (o el boli, o la máquina de escribir, o el ordenador...) de Manel Loureiro, el mismo autor de la trilogía de Apocalipsis Z: El principio del fin, Los días oscuros y La ira de los Justos, que ya reseñé en su día.

La Voz de Galicia llegó a definir a Loureiro como "el Stephen King español". Tal vez sea algo prematuro definirlo así, pero desde luego, el hombre apunta maneras. Pese a que, de buenas a primeras, los argumentos de sus novelas pueden parecer "uno más" (primero zombis, y ahora, un barco fantasma), Loureiro tiene un toque que le personaliza y hace que te enganches a la lectura.

El argumento nos habla del Valkirie, un barco que, fletado en agosto de 1939, aparece cinco días después en alta mar, sin un sólo pasajero, a excepción de un bebé de pocos meses de vida con un colgante de la estrella de David. Setenta años después, Kate Kilroy, una periodista recientemente enviudada, recibe un trabajo de investigación: el millonario y mafioso Isaac Feldman ha adquirido el Valkirie, con la intención de repetir el último viaje del trasatlántico.

De esta forma, el autor nor sumerge en el interior del barco. En los primeros capítulos, como introducción, el encontronazo entre el Pass of Ballaster con el Valkirie, narrando con un toque de suspense la expedición de la tripulación en as entrañas del barco vacío hasta encontrar al niño.

El grueso de la novela lo ocupa el seguimiento de Kate, una periodista que intenta superar la pérdida de Robert, su marido, periodista como ella. Kate no dudará, al encontrar una jugosa historia en lo que respecta al Valkirie a empezar sus indagaciones, que derivarán en un encuentro con Isaac Feldman. El hombre está obsesionado con saber qué ocurrió a bordo de ese barco para que, setenta años antes, desaparecieran todos los pasajeros, y ha usado todos sus recursos financieros para comprar el barco y ponerlo en perfecto estado, con el mismo estilo que en los años treinta y cuarenta.

Kate no tarda en darse cuenta de que hay algo que no está bien en ese barco. Se siente constantemente observada, y se da cuenta de que no es la única que siente y ve cosas. Ella y Feldman compartirán el barco con gente como Senka, una ayudante de Feldman, que anteriormente trabajó para un servicio secreto, con mucha oscuridad en su corazón; o Moore, el jefe -paranoico- de seguridad, como figuras más relevantes. Y por supuesto... ella.

Loureiro nos mete en un barco tenebroso, oscuro, en que lo natural y lo sobrenatural parecen coexistir, así como el flujo del tiempo actual con el de 1939. Un estilo narrativo bastante rápido, con muchos diálogos, e inluso, un par de escenas para adultos. Terror, sobrenaturismo, un poco de Historia... Una novela que se lee fácilmente, y, valga el juego de palabras, te atrapa dentro.

Muy recomendable de leer. Poco falta para que Fulgor, la próxima novela del autor, salga a la venta. Y como continúe así, tendrá un hueco a perpetuidad en mi estantería. Mientras, me pondré las pilas con más lecturas de la lista.

Nuevo aspecto

Nuevo aspecto (web)

Que llevaba yo un tiempo ya pensando en renovar el aspecto del blog. Y tras mucho pensarlo he decidido tornarlo entero a una gama de azules. Admito que quizá un poco excesivo, ¿no? Personalmente me gusta, pero tiene que ser cómodo de leer. Judgaz vosotros mismos. De paso, también queda cambiado el aspecto del blog en móvil, y he vuelto a añadir el reloj, que seguramente en algunos navegadores empezaba a dar fallos (Flash...).

Pues eso. Un saludo. Y a ver cuando me pongo con entradas más serias.

Nuevo aspecto (móvil)

Dragon Ball Super

Me hacía ilusión poner así el avatar, hoyga.

Este era el año. 42 tomos de cómic, tres series televisivas (dos de ellas muy bien aclamadas), películas, merchandising... y en 2015 disfrutamos de Dragon Ball Super, la nueva secuela de Dragon Ball y Dragon Ball Z.

Este nuevo anime pretende, según parece en los cuatro episodios que lleva emitidos, reescribir los hechos de la penúltima película que ya reseñé, La Batalla de los Dioses, hace un par de años. Un cambio bastante lógico. Las películas de Dragon Ball normalmente presentan historias complementarias o reboots (el ejemplo más claro lo tenemos en El camino hacia el más fuerte), de forma que, para muchos, esto puede suponer una buena noticia: la gente que no quedó satisfecha con la película podrá resarcirse con una historia contada en bastante más tiempo (la promesa de un mínimo de 100 episodios es tentadora).

Esto nos sitúa a Goku y los Guerreros Z seis meses después de la derrota de Majin Boo. La vida en la Tierra parece pacífica. Parece. El anciano Kaio Shin, Kibitoshin, y Kaio del Norte (en España llamado Kaito, y mola) se han dado cuenta de que Bills, el dios de la destrucción, ha despertado. El peligro aumenta cuando este dios recuerda una profecía sobre el Super Saiyan Dios.

Pese a la gran similitud del argumento con el de la película (lo he dicho: la reescribe), no es idéntica. Es bastante más lento el anime. Es más, la aparición de Bills me recuerda bastante a los episodios iniciales de Drabon Ball Z con la aparición de Raditz en busca de Kakarotto.


Creo que el nuevo anime pinta bastante bien. Mantiene la esencia del original (podría casi decir que la recupera). Que nadie espere ver una revisión madura de la serie. Es una continuación de lo que nos gustó en la infancia y la adolescencia. La lucha de Goku y Vegeta por defender la Tierra (¿veremos al Príncipe de los Saiyan corrompido una vez más?), así como una interesante premisa que contaré... en el botón de spoiler.



En "La Batalla de los Dioses", se contó la existencia de los multiversos. En este anime, según declaraciones, y por la insinuación del opening, veremos a los Saiyan abandonando el Universo 7 (el de la serie) para visitar otros diferentes. Pinta bien, ¿verdad?

Van 4 episodios. Quedan al menos 96 más. Para ellos, contamos con ver de nuevo la transformación de Super Saiyan Dios. La gran duda que tenemos ahora es... ¿qué pasará con Dragon Ball GT, la amada por pocos y odiada por muchos? Porque según parece, Super eliminará la trama de GT... Aunque siempre es posible que encuentren la forma de solaparlo. ¿Os gustaría? Personalmente, no me desagradaría, y...



... si es cierto que existen multiversos, será más posible que puedan hacer ahí un apaño, ¿no?. Vale que GT no sea una obra maestra, pero es emotiva, cohone (y para que yo diga eso...)

Pues queda dicho. Me voy a ir preparando para el quinto episodio, y de paso, ver si hay alguna novedad de si la traerán a España. En Selecta Visión confío para ello. No es publicidad gratuita, es que tienen las licencias de districubión de nuestro país ;)

Cell

Llevaba tiempo sin actualizar los libros que leo, pero he tenido una época bastante ajetreada. Por lo menos me alegra decir que el libro séptimo de mi reto sea a su vez el que leo en el séptimo mes.

Leí La cúpula. Leí Carrie. Y empecé Cell con la esperanza de disfrutar de una lectura igual de buena. Lamentablemente, creo que este libro es el que demuestra que hasta un genio como King tiene sus fallos. Ojo, que van spoilers.

Y es que esperaba bastante más de esta novela de 2006, en la que se nos presenta a Clayton "Clay" Riddell, un novelista gráfico de Maine, que, justo el día que consigue un buen contrato para trabajar, observa ante sus ojos el comienzo de El Pulso: todo aquel que responde a una llama telefónica cae víctima de la demencia y de impulsos asesinos. En su intento por ponerse a salvo en primera instancia conoce a Tom McCourt y Alice Maxwell, con quienes intentará sobrevivir a los ataques diurnos de "los chiflados telefónicos". La gente normal ya sólo puede desplazarse de noche de forma segura... o casi.

De esta forma, lo que parece una aventura de supervivencia zombi se cuela en una trama con muchos altibajos. Al principio me enganchaba, cuando se trataba de vivir esquivando a los chiflados, pero de ahí termina divagando a una trama lenta, mientras observan el lento cambio de estas no-personas, que empiezan a moverse en rebaños por el día, y escuchan música con equipos que, por algún motivo, aún funcionan.

El libro recupera parte de su intensidad (y debo recalcar que parte) cuando (después de encontrar a un chaval llamado Jordan y al director de la escuela de este), los telefónicos, como se les empieza a llamar, empiezan a desarrollar poderes telequinéticos, así como una especie de conciencia global, que sin embargo no llega a engancharme tanto como me hubiera gustado. Visiones, ser controlados por los seres... Clay lucha contra todo eso en la búsqueda de su hijo, Johnny, y su mujer, Sharon.

Y no tengo mucho que reseñar del libro. Se me ha hecho largo. Muy largo. Tanto que tenía la lectura a medias desde hacía tiempo y decidí ponerme las pilas por lo menos para ver cómo terminaba, obligándome en varias ocasiones a hacer un poco de lectura en diagonal. Creo que el libro, por lo general, está bastante bien valorado, pero desde luego, no es mi lectura favorita del autor. Tiene su estilo narrativo, pero es la narración en sí, los hechos que ocurren que no me llegan a enganchar tanto como las obras anteriores de King que me he leído.

Por lo pronto, voy a hacer una pausa con este autor. Empiezo ahora con la lectura de 1984, de George Orwell. Espero terminármelo en agosto. ¿Seré capaz?

300






300 entradas. Casi nada. Fue hace 5 años y un mes cuando reabrí mi blog por vez tercera (por cosas que explico en la entrada de por aquel entonces) y desde entonces he dedicado un total de 300 textos a hablar y contar lo que me ha venido en gana, básicamente. Intentando mantener un ritmo más o menos constante (que, admitámoslo, me ha salido como el culo) en las publicaciones, llego hasta aquí...

.. y sigo, por supuesto. Ahora que he añadido a una fémina a mi elenco de "monigotes" (no es coña que aún no tenga nombre: admito sugerencias, y que se tiña el pelo; y la forma en que he dibujado sus pechos será corregida, lo prometo), pero por supuesto siempre en situaciones relacionadas con el tema a tratar. Y continuar con la publicación de "Nueva vida, nuevos problemas", que ya estoy escribiendo el séptimo capítulo, y espero que os guste.

Pues nada. Gracias por aguantarme hasta hoy. Y lo que os queda, majetes.

Madrid V.O.



Nada, hoyga. Que eso del cambio se nos resiste. O que la gente está habituada a "que las cosas cambien para que nada cambie", que en cuanto hay novedades salen las trompetas anticomunistas, antiJedis, y antítesis. Y por eso mismo, ni un día duró la polémica con la apertura de MadridVO, una web/blog del Ayuntamiento de Madrid, en la que irán señalando versión de las noticias de la prensa, corrigiendo o desmintiendo aquellas que consideran erróneas, falsas o incompletas.

Es posible que "Madrid Versión Original" no sea el nombre más apropiado. Quizá peca de confianza en el nombre. Que no en la intención. Que un Ayuntamiento aproveche la tecnología para hacer difundir su palabra (con hechos, no con opiniones) es un paso que debería hacerse en cada municipio. Pues voy a empezar por ´la pregunta básica elemental: ¿qué habría pasado si la webla hubiera hecho PP-PSOE? Nada. Absolutamente nada.

Pero "lo han hecho los rojos, los totalitarios, los nuevos que no saben hacer las cosas". Y la prensa, muy orgullosa ella, de la manita de toda la oposición, a por ellos. A nadie le importa que la Unión Europea tenga el suyo. Lo que importa es machacar a los actuales mandatarios del Ayuntamiento madrileño, que no hacen las cosas como Dios manda.

Zona F.A.Q.

¿Debe un organismo público rectificar las noticias por medio de un blog?
Por supuesto que no. Deben hacerlo en un rinconcito de los periódicos. O no siquiera. Que el periódico dedique una línea para decir "Nos hemos equivocado. Venezuela".

¿Debe un organismo público montar un blog con tecnología WordPress? 
Tampoco. Deben sacar un concurso público para ver qué diseñador jeta les hace el presupuesto más inflado para llevarse, tanto el organismo como el diseñador, una suma sustanciosa pa' la saca.

¿Es democrático que un organismo público conteste a las informaciones erróneas de la prensa mediante una web?
Ni de coña. Lo demócrata es poseer la prensa escrita, así como los telediarios. Y una web propia es populista. ¡Como este blog! ¡Podemita! ¡Chavista! ¡Comunazi!

Se han dicho verdaderas barbaridades de esta web. Comparaciones absurdas con los métodos de los regímenes totalitarios para difundir la palabra de los altos mandatarios. Ni que fuera el Arriba.Repito: "versión original" puede ser un poco prepotente. Pero no se desencamina: es una versión. La que da el propio Ayuntamiento. Punto. Contraste de información. ¿Qué hay de malo en eso?

Personalmente creo que esto no es sino un intento más de atacar a un nuevo equipo de gobierno municipal contra el que no tienen ninguna prueba sólida en contra. Una pena.

¿Qué tiene el verano?

Sí, hago copy-paste de mi avatar. ¿Qué pasa? No se dibujar, ¿recordáis?
¿Qué tiene el verano? Que parece que a la gente le gusta. Y me parece bien, hoygan. Aunque no lo comparta. "Es que en verano los días son más largos". Hasta donde yo sé, el día sigue teniendo 24 horas, sea verano, invierno, primavera u otoño. "Me refiero a que hay más horas de luz". ¡Oh, genial! ¡Más horas recibiendo luz natural del atro rey! Una maravilla... de no ser por el calor que viene unido de la mano. Cuarentaytantos grados centígrados. Ambientales. Apuesto a que el asfalto en plena calícula tras varias horas de recibir rayos solares está bastante más calentito. ¿A quien le apetece hacer huevos fritos en la acera?

Y no solo eso. "El día es más largo y se puede aprovechar más el tiempo". ¡Y una mierda gorda! ¿Qué aprovechar? ¡Si por la tarde no hay quien salga! Es el momento "me quedo en casa viendo la tele hasta que se pueda salir a la calle". Mucho el día así no se aprovecha. Como mucho, se aprovecha la tarde-noche, y eso cuando estás desocupado. Cuando tienes trabajo, cuando la gente está de jolgorio y jarana, toca acostarse temprano, que toca madrugar.

¿Qué más tiene el verano? La gente. Yo concretamente que vivo en un bloque, tengo a mis vecinos, que parece que no se quieren ir de vacaciones. Y con la ventana abierta... si en invierno normalmente gritan, ahora es como si les tuviera al lado. ¿No les podría aguantar la familia en su pueblo? O darles una afonía o algo... Y ya de paso, joderle los altavoces al mamón que, al intentar dormir, pone su coche bajo tu ventana, a todo volúmen de requesón reguetón. Sí, ese, ESE que tanta rabia da.

Por no hablar de que el calor elimina las ganas de hacer cualquier cosa. Incluso de hablar. ¿Cuántas veces al día se comenta el calor que hace? ¡Si no me lo dicen siete personas al día salgo a la calle en abrigo por si las moscas! (). Si, señores, hace calor, y la única forma buena de librarse de eso es cambiar de hemisferio durante los meses calurosos. O pasar el día en uno de esos almacenes frigoríficos para carne y pescado. Lo mismo ahí podéis incluso sacar la rebequita. Pero si no, nos toca tragar, qué remedio, mal que nos pese.

Otro problema de estos del verano: los mosquitos. Esos bichos descendientes de banqueros, que te pican y te dejan una marca que más te vale no rascarte por muchas ganas que tengas. Y las moscas cojoneras, y esa gran fauna que representa la época actual (¿qué tal las medusas por la playa?).

El veano es la época de los ventiladores y los aires acondicionados. Unos grandes inventos... El primero, que se limita a mover el aire, y enfría poco, y el segundo, que sí enfría y puede costar más de un dolor de garganta. Al igual que todas esas comidas frías que hay ahora. Que sí, que hay que combatir el calor, pero llega el punto en el que pasa factura cuellil.

O que nos pasamos el día bebiendo. Venga a tomar agua y agua. Y a sudar. Y a beber más. Y al baño para echar todo ese agua que hemos bebido. Y vuelta a empezar el ciclo. ¿Merece la pena? "Para eso es mejor la cerveza". Ya, porque eso no lo meas, ¿no? Lo retienes, no te j...

Y qué hay de esa sensacion al pisar la calle y sentir que te sobra la ropa. Que el nudismo no está del todo bien visto aún, hay sitios donde multan y todo, por mucho que nos apetezca arrancarnos hasta la piel porque es insoportable este tiempo.

Yo soy y seré proinvierno siempre. Prefiero arroparme por el frio que no poder quitarme nada de ropa. Prefiero tomarme un buen cocido a una ensaladilla rusa. Prefiero moverme a hacer cosas a las cuatro de la tarde que pasármela sin hacer nada porque esté sin ánimos. Prefiero tener la casa cerrada e intentar ignorar a mis "amados" vecinos. Prefiero una estufa, que caldea la habitación, a un ventilador que da "hasta donde llegue la corriente". Y prefiero que haga frío antes que calor para evitar el efecto invernadero.

Los límites del humor... y otros límites

Ya me curro las viñetas en el Paint y todo. #Crack

Han pasado varios días desde el escándalo de Zapata. Errare humanum est. Dimitió de su cargo, ya que la sociedad prácticamente ha terminado pidiendo su cabeza sobre la mesa por las aberraciones que publicó. ¿Cómo es posible que un tío se supone progresista publique unos chistes de semejante mal gusto, tan ofensivos, tan asquerosos, verdad? O al menos, es una de las opiniones, ya que este caso, creo que puedo afirmar que no ha dejado indiferente a nadie.

No voy a justificar los chistes. Quiero empezar hablando de contexto. ¿Qué es el contexto? La situación y condiciones en que se dice o se hace algo. ¿Podemos comparar un "Qué cabrón estás hecho" dicho entre colegas, con un "Qué cabrón está hecho" cuando oímos que el concejal Tal Ycual se llevó taitantos millones por aprobar la venta de suelo público? ¿Podemos comparar un robo realizado por una persona en paro para alimentar a sus hijos, con un robo para llevarse varios millones a un paraíso fiscal en Suiza?

Pues bien, el contexto, que todos los detractores de Zapata se han pasado por el Arco del Triunfo (por aquello de ahorrarme alusiones a los testículos) era el contexto en el que iban. Para empezar, entrecomillados. Uno de los múltiples usos de las comillas es el tono sarcástico. O incluso, una cita. En este caso, hubo un poco de cada: Zapta estaba debatiendo con Gabilondo, precisamente sobre este tipo de humor (Hola, Sheldon Cooper, soy Coco y vamos a aprender a distinguir el sarcasmo de un tono serio) (← ¿este comentario podría ser tachado de humor negro?).

¿Es lo mismo hacer un chiste sobre negros si eres negro, que si eres blanco -y racista-? ¿Es lo mismo que un gay cuente un chiste de gays, a que lo haga un homófobo? O si a un judío le da por contar un chiste del Holocausto, ¿es lo mismo a que si lo hace un neonazi? Me parece que no. Pero luego volveré con este tema.

También debemos darnos cuenta de una cosa: los tuits fueron publicados hace 4 años. 4 años, que se dice pronto. Es el tiempo entre dos Olimpiadas, el tiempo promedio de las pausas publicitarias de Antena 3. Se vieron en su momento, y en ese momento, Twitter respiraba tranquilo, no se dijo una voz más alta que la otra, y la vida continuó en paz y armonía con la crisis económica. Pero de pronto, a este señor le ponen un cargo de concejal, y se lía parda (por aquello de usar un lenguaje coloquial).

Creo que el único error que se le puede atribuir a Zapata, en mi opinión, fue borrar la cuenta cuando los medios se hicieron eco de estos polémicos tuits. Hizo bien en asumir la culpa, incluso en presentar su dimisión, que era lo que pedía el pueblo (no olvidemos que el político debe cumplir la voluntad del pueblo, y no al revés). Pero personalmente no habría eliminado ni los tuits ni la cuenta: es un error, debe quedarse y ser asumido. Pero tampoco era plan de que la gente se cebara tanto con él.

Como decía, prácticamente han pedido su cabeza, en bandeja de plata. Zapata se disculpó, etc., incluso telefoneó al padre de Marta del Castillo, la joven desaparecida hace varios años, siendo ella una de las personas agraviadas por el texto, por si se había ofendido. Y el señor aceptó las disculpas.

¿Por qué "Por si se había ofendido"? Porque no se ha ofendido todo el mundo. Hay gente que directamente se habrá reído con los tuits, y también hay gente que dice que no ha sido para tanto. Pero el caso más particular ha sido el de Irene Villa. Conocida víctima del terrorismo, publicaba en su columna del periódico lo siguiente:

Jamás me sentí ofendida ni aludida por esos chistes que me consta que han hecho más daño a la dignidad de todo el país, que a los propios protagonistas. Lo que de verdad me duele en el alma son los insultos, amenazas que están sufriendo los propios políticos que, sin haber empezado apenas su labor, son ultrajados de una forma tan antihumanitaria, injusta e incluso demente [...].
Un sonoro aplauso, por favor, y esto sí que va sin humores. Es loable que se tome con ese sentido del humor los chistes. Puede ser también porque debe tener los chistes sobre ella más que conocidos (y, según dice ella misma, en ese arma peligrosa que es Twitter, su chiste favorito es el que dice que es una mujer explosiva; desconozco si es cierto o si fue para quitar hierro al asunto, pero lo afirmó).

Los límites del humor, con lo que cada uno estamos dispuestos (o incluso sin saberlo, nos terminamos riendo de ello) lo marcamos nosotros mismos. Cada uno tiene us límites, y al igual que nuestras ideas políticas, convicciones religiosas, o cualquier cosa que dependa del libre albedrío u opinión, no es imponible a los demás. No se puede hacer esa caza de brujas. La vida ya es demasiado seria como para no poder tener un poco de humor. Por algo es humor: pretende hacer gracia. A costa de unas cosas o de otras. Pide que no te cuenten un chiste, pero no se lo impidas oír a otros.

Es más, lo ejemplos más claros lo tenemos en televisión. 'The Big Bang Theory' o 'Silicon Valley' juegan con tópicos de los nerds (problemas sociales, con las chicas, fanatismo por su mundo). 'Aída' hacía un montón de chistes racistas a base de Mauricio Colmenero (Mariano Peña). La actual 'Anclados' se ha puesto a hacer chistes sobre los gitanos (lo que, todo sea dicho, les ha costado una queja). ¿Y qué hay de 'Gym Tony', en el que Nieves (Mariam Hernández) maltrata física y verbalmente a su pareja Chema (Gerald B. Filmore)? Que lo hicieran a la inversa, a ver qué ocurría. O con el scketch de "Mi marido me pega", de Martes y Trece, considerados por muchos el mejor dúo cómico de este país (opinión de la cual discrepo, pero bueno...).

Está claro que la libertad de expresión es un castillo en el aire (y más ahora que en julio se aprueba, si no hay marcha atrás, la famosa Ley Mordaza), y el humor, hay que sostenerlo con pinzas.

Pero ahora, ¿qué ocurre con los límites? No del humor, los generales. Me explico.

Me repito por tercera vez: muchos han pedido la cabeza de Zapata por los tuits. Zapata renunció. Ahora, ¿qué ocurre con toda la gente que publica tuits, que suelta vilipendios, que se comportan de manera deleznable? Hablo de gente que afirma que "a los arquitectos habría que matarlos"; hablo de gente que dice que "Pablo Iglesias se merece dos tiros en la nuca"; hablo de gente patriota que cuando hay manifestación de Podemos afirman y reafirman que habría que aprovechar para bombardear la plaza; hablo de gente que está en contra de las protestas, salvo que sea para ponerte en la puerta de una clínica para abortar; hablo de gente que se le llena la boca definiendo a todos los que difieren de sus opiniones con palabras como "Cuba", "Venezuela", "ETA", "chavismo", "bolivariano", y demás términos en connotación peyorativa; hablo de gente que ha soltado citas célebres como "¿Y tú casada con un negro? No sé qué es peor.", "Las leyes son como las mujeres, están para volarlas.", o "Metes a un moro, un negro y un gintano en el coche. ¿Quién lo conduce? La policía".

Contra esta gente no se han publicado portadas. Contra esta gente no se han abierto procesos legales. Esta gente no ha dimitido de su cargo. Esa gente se permite soltar todas esas cosas, sin si quiera un contexto humorístico (diréis "La última cita era un chiste"; sí, contado por uno de las Nuevas deGeneraciones: es el mismo caso que el de un nazi contando chistes de judíos). Esa gente se cree (o se debe creer) con una moral superior que les permite juzgar qué es correcto y qué no sin molestarse en hacer primero autocrítica, cuyos valores morales parecen desaparecidos.

La culpa no es de ellos, claro. Es de la sociedad, que les defiende. O se calla. Y de la prensa, todo sea dicho, que pasan de puntillas cuando una noticia negativa afecta a sus amigos, y disparan toda su tralla contra los bandos contrarios. ¿Es normal acaso que, unos días después de esa noticia, se publicara otra que en resumidas cuentas dice que "La nueva presidenta del Parlamento navarro bebió una vez cerveza y además a morro del grifo"? ¿Eso acaso es noticia? ¿Resulta relevante? ¡Parece una coña de El Mundo Today y lo ponen como periodismo, sólo porque es una anécdota real! Claro, una foto de su Twitter, de hace año... De aquí a poco, "Twitter es terrorismo", en las portadas de los "grandes" periódicos de la nación.

Todo esto tiene su aquel, claro. Las últimas elecciones han sido el comienzo del cambio. Gente, que en su día dijeron "Si tanto se quejan, que se presenten a las elecciones", ahora que lo han hecho tienen miedo. Es gente que ha vivido en la realidad, no en el mundo de ficción, fantasía, de la casa de gominola en la calle de la piruleta, con la que el "chollo" que tenían antes, se acaba. De ahí que, mientras los grupos tradicionales han sido salpicados pos escándalos de corrupción, desfalco, etc., intentan manchar la imagen de sus rivales por motivos como "comprar camisas en Alcampo", "tuitear", "beber a morro de un grifo de birra" o "ir al Ayuntamiento en una bicicleta de hace quince años". Irónicamente, esa es la imagen que se podía tener de ellos: de gente normal que hace esas cosas normales. La gente normal no se gasta diez mil euros en una camisa, o tienen coche oficial. Se quiere política real con gente real, y eso se está consiguiendo. La lucha, ya hemos visto hacia dónde torna: a intentar una vez más que nos distanciemos de los grupos políticos, de que la gente deje de creer en ellos por pecata minuta, mientras los de siempre esperan a que sus propios delitos expiren.

Así que desde aquí animo a la gente a contar el chiste más vulgar y zafio que se sepan; a beber a morro no del grifo, sino del propio barril; a comprar la ropa en Alcampo, o en el mercadillo; a que intentemos reirnos con cosas que a priori no nos pueden hacer gracia; a disfrutar nuestros derechos sin pisotear los de los demás; y a pasar un rato entretenido, que la vida ya nos la joden bastante como para jodernos entre nosotros.

Los más reciente sobre la piratería


Parece que por más intentos de la industria, las webs de enlaces siguen sin ser delito. Alguno maldecirá por lo bajini (o lo altini), ya que esta nueva resolución implicaría que SeriesLy no hubiera tenido que cerrar los enlaces.

Como siempre, no todo el mundo está de acuerdo con esta resolución. Desconozco si Antonio Resines conocía esta noticia antes o después de sus recientes declaraciones. Resines (Amanece que no es poco, Los Serrano...) ha dicho recientemente que la solución pasa por cortar la conexión a Internet a quienes descargan contenidos ilegalmente. Con un par de huevos. Es algo tan racional como "a quien robe una barra de pan le cortamos la mano". Decía también el actor que el problema es que "nadie se atreve a ponerle el cascabel al gato".

En parte es cierto. Es innegable que, en estos casos, sería la caída de las empresas de telefonía: cortar la conexión a internet supondría la desaparición del ADSL y la fibra óptica en este país. Pero incluso desde los inicios de la aplicación, cuando se dieran los primeros casos. Sin descargas, internet se queda para mirar el correo, unas búsquedas en Google, y poco más: en resumen, nada que necesite gran velocidad. ¿Para qué voy a gastar dinero en fibra óptica si no puedo dar rienda suelta a la banda ancha? Todavía la gente que juegue online tiene la excusa para mantenerlo, pero no es una cuota de mercado tan grande como "banda ancha para todos".

Algunas operadoras toman ciertas medidas (por ejemplo, capar el acceso a webs como ThePirateBay). Aunque seguramente esto también lo considera ineficiente. Claro, lo mejor sería poder pagar por los contenidos y acceder a ellos legalmente. Y no lo digo con sarcasmo. Pero tenemos ciertos problemas para eso.

El problema es el de siempre: querer vivir toda la vida de un producto. Pretender ganar dinero con cada copia física de una película. E insistir en que "cada descarga es una venta menos". Es ridículo. Es decir, si yo pago por ver una película en el cine (que lo hago)... ¿por qué si luego quiero una copia para mi la tengo que volver a pagar? ¿Gastos de distribución, etc.? Paso. Yo quiero una copia digital, para almacenar en mi disco duro. Y si me vas a vender una copia física, dame un incentivo extra para ello. Que ya existen: las ediciones de coleccionista. Son caras, sin duda, pero hay gente que las compra porque les gustan (y se lo pueden permitir), pero no es lo mismo comprar eso que desembolsar 20 euros por un cacho de plástico con la película grabada.

Otro tanto ocurriría con las reposiciones de series. Hay productos que se repiten hasta la saciedad en televisión, en lugar de llenar esas franjas con contenido nuevo, y nuevo y nuevo. Todo reposición, con sus anuncios incluídos (un pago indirecto, al fin y al cabo). Pero como se te ocurra descargar la serie para verla en un momento más oportuno para tí, ya la tenemos liada (gran ejemplo, Friends; en EEUU están amonestando con 20$ a la gente que se la descarga ilegalmente, cuando por "vía legal" en televisión ya no hay manera de verla). Claro, los derechos de autor parece que tienen que ser eternos. Esto es igual de aplicable a la inductria de la música. ¿A que suena ridículo tener que pagar por cada vez que escuchamos una canción? Se acaba antes haciendo un pago único por esa canción.

Y tanto los actores como los cantantes tienen un elemento común. El único elemento por el que sí hay que pagar cada vez: el directo. Una obra de teatro, o un concierto. Ahí se paga no solo por la obra en sí, sino por todo el trabajo realizado ese día. Y en el siguiente, por el trabajo del día siguiente. Y así un día, y otro, y otro. Son trabajos más esforzados, que obligan a mantenerse en movimiento. No quiero decir que hacer una serie o una película, o que los ensayos para grabar un CD sean poca cosa. Pero ahí, el resultado final es perpetuo. Es el mismo. Una canción de un CD suena igual hoy que mañana. Un actor dirá la misma frase con la misma intensidad si me veo la película hoy o en un mes. Pero una obra de teatro y un concierto tienen una magia plus, no hay nunca dos iguales, y ahí sí se paga. Y eso es inpirateable.

Es por ahí por donde pasa la solución a la piratería. Internet deja los contenidos más accesibles a la mano de todos. Hay formas de hacer negocio legal mediante las plataformas (televisión inteligente de las operadoras, o negocios tipo Netflix, que pronto llegará a nuestras fronteras -a buenas horas, mangas verdes-), pero seguir pagando por cada copia que se haga de una obra es cosa del pasado, y está destinado a desaparecer. El mundo se mueve, avanza, y si el oficio de escribano murió dejando paso a la imprenta, lo mismo va a ocurrir con la industria tradicional. Punto.

Eso sí, no quería cerrar la entrada sin mencionar que Resines justifica las ayudas que recibe el cine. Ya que "todas las industrias de este país están ayudadas o subvencionadas". De acuerdo, aceptemos su declaración. Pero aquí tenemos el tema de siempre: ¿por qué entonces sale tan caro el cine? Especialmente el cine español. Si se trata de una película subvencionada, aunque sea en parte, por el dinero de los contribuyentes... ¿por qué esa entrada tiene el mismo precio que una que una distribuidora ha comprado al mercado estadounidense, o inglés, o francés? Parece que esto es el "copago" del cine (que al igual que el sanitario, no era copago, sino repago?

Es que se traduce como "dame dinero para que yo haga lo que quier y luego págame por verlo". ¿Soy el único al que le parece que hay que ser mu tonto para aceptar? Y más cuando en este país, se han hecho películas que eran un truño, una mierda, una basura. No lo niego, especialmente en estos últimos años se han hecho y subvencionado películas que merecen la pena (pero que del mismo modo debería ser más barato verlas), pero otras en cambio eran una puta castaña pilonga. Incluso algunas películas subvencionadas no han llegado a estrenarse. Eso sí, el dinero se cobró. Y eso es una vergüenza.

Álex de la Iglesia, te echo de menos como director de la Academia de Cine. Tienes más sentido común que tus sucesores con respecto a la piratería. Aunque espero que en algún momento se den cuenta de cual es el camino a seguir para evitar la piratería sin criminalizar Internet.

La escritura


Mi mente, cuando no encuentra sobre qué escribir

Llevo ya varios días sin ponerme a escribir unas líneas para el blog. Ni en concepto general. He tenido poca actividad en la mayoría de las redes sociales también (salvo WhatsApp si me apuráis, aunque ni de coña lo puedo llamar escribir a eso). Y eso que llevamos un par de semanas muy jugosas después del último resultaod electoral. O ahora que tenemos tanto remake, secuela, y la madre que lo parió de películas y series de hace tiempo (señores, no vuelvan a tocar lo que funcionó en su día, que no va a ser igual ni de broma).

En parte se debe al curro (sí, el milagro conocido como "encontrar empleo" se hizo realidad; no es un mito, existen los puestos de trabajo). Dedicar varias horas al día a ganarse el sueldo hace que el resto del tiempo deba repartirse de distinta forma. Y la inspiración para escribir, y para cualquier cosa, te tiene que pillar dedicándote a eso. Si no coincide motivación con inspiración, no habrá nada que hacer.

Por otra parte, el calor es un desmotivador muy grande. Sólo motiva para ir a la playa o a la piscina ahora que vuelve la temporada de chicas en bikini, pero el resto de actividades se tienden a dejar para "otras horas". Escribir a las cinco de la tarde con todo el calor no es la mejor idea (y menos cuando empleas un portátil, que desprende su buena dosis de calor adicional al ambiente).

Pero en otra parte se debe al cambio de concepto. Es decir, al hecho de "Tengo que escribir". "¿Tengo que?". Es el quid, pues estoy en cierto punto en que no emplear la comunicación escrita me supone una especie de sentimiento de culpa, una sensación bastante desagradable. Es como si me hubiera dado un capricho tonto (¿He abierto un blog para no escribir?).

Especialmente cuando uno ha hablado varias veces de lo mismo, o escrito varias veces de lo mismo, es como ¿y tanto para esto? Tengo desde hace tiempo una cuenta en FanFiction.net. Anoche, alguno de mis seguidores esperaría que publicase. Como nota, la tónica de lo que publico ahí se acerca (y va más allá) de lo que he publicado en el blog con El encuentro esperado. Pero después de una serie de relatos independientes (59) y una historia que ha alcanzado la cifra de 100 capítulos (y los que me quedan), necesito algo más. La motivación de escribir es muy diferente a cuando empecé.

Me encanta la ficción. De ahí que lo que empezó como una chorradita como Ou may god lo derivase en una historia con algo más de cuerpo. O comenzar una nueva historia con "Rafa" en Nueva vida, nuevos problemas. Escribir de todo eso siempre ha tenido un motivo y una motivación detrás, que en estos días me cuesta un poco más encontrar. Busco algo nuevo (que de hecho, lo he encontrado), pero al mismo tiempo me encuentro en "deuda" con todo lo que he dejado abierto en este camino.

No tengo intención de abandonar FanFiction.net, o dejar de venir aquí a hablar de política, de lo mala o buena que me ha parecido una película, o de desarrollar un poco las historias que empecé y deben ser continuadas, por respeto a mi mismo y a lo que he invertido en las mismas. Pero así mismo necesito algo más. Tengo un proyecto de novela en mente, pero aún aśi, me resulta un poco insuficiente. Necesito tiempo, pero al mismo ídem necesito ideas. Algo que me haga volver a escribir con ganas, y no tomármelo sólo como "debo hacerlo por lo que he hecho ya", sino como "me apetece una barbaridad y lo voy a disfrutar como Tyrion Lannister un enano valga la redundancia".

Por suerte, o por desgracia, el verano es muy largo. Y creo que podré encontrar alguna idea que me llame lo bastante como para poder comentarla. De forma que espero, durante la semana que viene, poder ponerme un poco al día con algunos temas que tengo aún en el tintero por comentar y conseguir volver de tal forma que sea apetecible ponerme a teclear como un loco, en lugar de un "joder, voy a poner cualquier gilipollez aunque sea".

Sin series



¿Sabéis esa sensación cuando terminas un libro? Los que leemos sagas siempre tenemos la cosa del "Bueno, a por el siguiente". Pero cuando ese "siguiente" aún no se ha publicado, sientes dolor, se alinean los planetas, y el bipartidismo recupera el poder mágicamente a pesar de las últimas elecciones.

Pues algo parecido ocurre cuando las series televisivas, esas que tanto ayudan a pasar un rato de ocio (desde unos minutos a maratones de horas enteras), que ya han cerrado temporada la gran mayoría de series que tengo el gusto de seguir. Y me apetecía comentar un poco  por encima las temporadas de las mismas.

The Big Bang  Theory cerró recientemente su octava temporada. Es indudable que la serie dista de ser lo que era al principio, pero aún me sigo riendo. Sheldon continúa insuperable, y se van corrigiendo errores que se han cometido: más chistes relacionados con la ciencia (que se habían perdido), que Penny, pese a no ser una "cerebrito", haya dejado de ser una paleta,... Además, el durísimo palo del fallecimiento de Mrs. Wolowitzm a quien se echará de menos por la serie. Una temporada bastante buena, aunque el episodio final deja, una vez más, un toque de amargura.

Broadchurch la conocí el año pasado, uno después de su estreno. Este año han estrenado una segunda temporada que ha mantenido el nivel, continuacndo una historia que quedó perfecta, añadiendo nuevas tramas, y relación con el pasado. Las series británicas tienen calidad, y Broadchurch ha sido el ejemplo de ello en todos sus 8 episodios de la temporada.

Castle. Simplemente por el meme de Hi, I'm Crichard Ratchle de la temporada ya ha merecido la pena, hay que reconocer que es una serie que ha madurado con el tiempo. Empecé viendome las cinco primeras temporadas del tirón, pero es ahora cuando más me engancha. Unos guiones que mejoras, unas tramas estupendas (especialmente las que no tienen casos de relleno), aunque la explicación de la desaparición del escritor deja con cierto mal sabor de boca. Hay renovación, a´si que pueden mejorarlo.

How to get away with murder, traducido libremente al castellano como Cómo defender a un asesino ha sido el programa estrella de la noche de los jueves estadounidenses. Una genial historia que sigue a los estudiantes de derecho de la abogada Annalise Keating. Sus quince episodios de la temporada nos hacen recorrer los sucesos acontecidos desde la muerte de Lila Stangard, un misterio que intentará ser resuelto por ellos. Amor, sexo, amistad, traiciones, un cóctel explosivo para una serie cuya segunda temporada aguardo impaciente.

Elementary también ha cerrado temporada. La mejor hasta la fecha, si se me permite. Continúa teniendo episodios de relleno, pero los personajes tienen identidad propia, y de poco sirven ya las comparaciones con la Sherlock británica. Una temporada con dos mitados bien diferenciadas, cada una estupenda, y con un cierre sobrecogedor sobre la abstinencia de Holmes.

Wow, son unas cuántas series, ¿no? Pues aún no he terminado.

La que se avecina, una serie que nunca me cansa. Si bien es cierto que algunos episodios han sido un poco extraños, el capítulo 100 de la serie fue una pasada (sí, una pasada, le joda a quien le joda). Algnos personajes han sido llevados al extremo, pero siempre tienen cierto punto de hilaridad. La temporada ocho ha sido muy bien llevada, y mientras quede trama, continuaré con la serie que tantas risas me proporciona.

Los 100 ha sido otra serie redonda. Cautivado por la primera temporada, la segunda ofrece una revisión de cómo tres pueblos diferentes entre sí se alían y se traicionan para salvar a la gente. Un elenco muy bien llevado (otorgando el liderazgo a dos mujeres, curiosamente), cuyo objetivo común pende de un hilo mientras luchan por no ser capturados. Giros inesperados, sorpresas... y una tercera temporada que podría ser el broche perfecto para terminar.

Sleepy Hollow ha sido seguramente la serie que más me ha flojeado la temporada. Quizá porque los avances en su trama no eran tan significativos para una serie que pintaba tan bien, aunque muchos episodios han sido de aplausos. Quizá el cambio de showrunner le siente bien a la serie, de la cual espero una mejoría en la nueva temporada. O eso, o que hubieran cerrado en esta segunda.

Thw Walking Dead sólo ha tenido dos episodios flojos esta temporada. No son pocos los que afirman que la serie mejora con cada temporada, y yo lo corroboro. Es como el buen vino. Una serie tan despiadada como siempre, en la que cualquier personaje puede morir. Las tramas anteriores han llevado al grupo al borde de sus límites, y ni siquiera en los supuestos paraísos de paz la encuentran. Ansioso por la sexta temporada, y el spin-off.

Y Érase una vez, que al tener tilde la app me la pone al final de la lista. La temporada, como siempre, dos mitades. Una mejor que otra. Y aunque la trama de Frozen les quedó bastante bien para mi gusto, la segunda, más oscura, y llevando a muchos personajes a su lado más oscuro le han dado una temporada de muy buena calidad. Y por su cierre, la quinta va a estar fetén.

Pues ya está. Ya me he desahogado, y me he quedado a gusto. Me despido hasta la próxima.
...
-¿Y no vas a comentar nada sobre las elecciones?
¿Para qué? Si los titulares ya lo han dicho todo B-)